Page 84 - Cien Años de Soledad
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Cien años de soledad
Gabriel García Márquez
de Francia y tres emperatrices japonesas. En la confusión del pánico, José Arcadio Segundo logró
poner a salvo a Remedios, la bella, y Aureliano Segundo llevó en brazos a la casa a la soberana
intrusa, con el traje desgarrado y la capa de armiño embarrada de sangre. Se llamaba Fernanda
del Carpio. La habían seleccionado como la más hermosa entre las cinco mil mujeres más
hermosas del país, y la habían llevado a Macondo con la promesa de nombrarla reina de
Madagascar. Úrsula se ocupó de ella como si fuera una hija. El pueblo, en lugar de poner en duda
su inocencia, se compadeció de su candidez. Seis meses después de la masacre, cuando se
restablecieron los heridos y se marchitaron las últimas flores en la fosa común, Aureliano
Segundo fue a buscarla a la distante ciudad donde vivía con su padre, y se casó con ella en
Macondo, en una fragorosa parranda de veinte días.
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