Page 61 - Tokio Blues - 3ro Medio
P. 61

Sagitario". Puesto que aquí al caer la noche no hay nada que hacer, todos se han convertido en
               expertos. Saben mucho de pájaros, de flores y de insectos. Cuando hablo con ellos, comprendo
               que soy una ignorante en muchos campos, pero, no creas, ésta es una sensación muy agradable.
                   »Aquí vivimos unas setenta personas. Además, están los de la plantilla (médicos, enfermeras,
               personal administrativo y demás), que serán poco más de veinte. Las instalaciones son enormes,
               así que el número total no es alto. Al contrario, decir que el lugar está desierto se acercaría más a
               la verdad. Es un terreno espacioso, inmerso en la naturaleza, donde todos llevamos una vida tan
               tranquila  que  a  veces  tengo  la  sensación  de  que  éste  es  el  mundo  real.  Pero  no  es  así,  por
               supuesto. Esto es posible porque todos vivimos bajo unas condiciones especiales.
                   «Juego al tenis y al baloncesto. Los equipos están compuestos por una mezcla de pacientes
               (palabra odiosa, pero no hay otra) y de personal de la plantilla. Me sucede algo extraño. Durante
               el  juego,  cuando  miro  a  mi  alrededor  dejo  de  discernir  quién  es  quién  y  todos  me  parecen
               deformados.
                   »Un  día  se  lo  dije  a  mi  médico  y  me  respondió  que  mi  impresión  era,  en  cierto  modo,
               correcta.  Me  explicó  que  no  estamos  aquí  para  corregir  nuestras  deformaciones,  sino  para
               acostumbrarnos a ellas. Afirmó que uno de nuestros problemas es la incapacidad de reconocerlas
               y aceptarlas. Y que, al igual que todos los seres humanos, tenemos un modo peculiar de andar, de
               sentir,  de  pensar  y  de  ver  las  cosas,  y  que,  por  más  que  intentemos  corregirlas,  jamás  lo
               conseguiremos. Al contrario, si intentamos corregirlas a la fuerza, únicamente lograremos que se
               resientan otros aspectos. No hace falta decir que esto es una simplificación y que sólo recoge una
               parte de los problemas que tenemos, pero entendí muy bien lo que trataba de decirme. Tal vez
               somos  incapaces  de  adaptarnos  a  nuestras  deformaciones.  Y,  por  lo  tanto,  posiblemente  no
               podamos aceptar el dolor y el sufrimiento reales que provocan. Estamos aquí para huir de todo
               ello. Mientras nos quedemos aquí, no haremos sufrir a los demás ni los demás nos harán sufrir a
               nosotros. Porque todos nosotros sabemos que "estamos deformados". Esto es lo que nos distingue
               del mundo exterior. En él mucha gente vive sin ser consciente de sus deformaciones. Pero en este
               pequeño mundo, la deformación es la premisa. La llevamos en nuestro cuerpo, al igual que los
               indios llevaban en la cabeza las plumas que indicaban la tribu a la que pertenecían. Vivimos en
               silencio para no herirnos los unos a los otros.
                   »Aparte  de  hacer  deporte,  cultivamos  hortalizas.  Tomates,  berenjenas,  pepinos,  sandías,
               fresas,  cebolletas,  coles,  nabos,  etcétera.  Lo  cultivamos  casi  todo.  También  tenemos  un
               invernadero. La gente de aquí sabe mucho sobre el cultivo de las hortalizas, y les encanta. Leen
               libros, invitan a especialistas y se pasan de la mañana a la noche discutiendo cuál es el mejor
               abono, la calidad de la tierra y cosas por el estilo. También a mí me ha llegado a apasionar el
               cultivo. Es maravilloso ver cómo las frutas y las verduras van creciendo día a día. ¿Has cultivado
               sandías alguna vez? Las sandías tienen una redondez que recuerda la de un animalito.
                   »Nos alimentamos  de las verduras  y de las frutas que  cosechamos. Por supuesto,  a veces
               sirven carne o pescado, pero acaban por no apetecerte. ¡Las verduras son tan frescas y deliciosas!
               A  menudo,  salimos  al  campo  y  recogemos  verduras  silvestres  y  setas.  También  tenemos
               especialistas en esto (pensándolo bien, está lleno de especialistas), que nos enseñan cuáles son
               buenas  y  cuáles  no.  Comprenderás  que  haya  engordado  tres  kilos  desde  que  llegué.  Es  decir,
               estoy en el peso ideal. Gracias al ejercicio y a comer bien a horas fijas.
                   «Durante el tiempo restante, leemos, escuchamos música, hacemos punto. No hay ninguna
               radio  o  televisión,  pero,  a  cambio,  disponemos  de  una  biblioteca  muy  completa  y  de  una
               discoteca con una gran colección de discos. En la discoteca puedes encontrar desde la integral de
               sinfonías de Mahler a discos de los  Beatles,  y  yo siempre pido discos en préstamo que luego
               escucho en mi cuarto.
   56   57   58   59   60   61   62   63   64   65   66