Page 43 - Tokio Blues - 3ro Medio
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—No.
—Porque la odiaba a muerte. Por eso no falté un solo día. No quería que la escuela me
venciese. Conque me hubiera derrotado una vez, hubiese sido el fin. Tenía miedo de que, si me
vencía una vez, empezaría a deslizarme pendiente abajo. He ido a la escuela a rastras, con treinta
y nueve grados de temperatura, y al preguntarme el profesor: «Kobayashi, ¿te encuentras mal?»,
mentía diciendo que estaba bien. Así me dieron el premio de puntualidad y asistencia, junto con
un diccionario de francés. Por eso en la universidad elegí estudiar alemán. Porque no quería
deberle nada a este colegio. No es broma.
—¿Y por qué lo odiabas tanto?
—¿A ti te gustaba el tuyo?
—Yo fui a una escuela pública de lo más normal. Jamás me lo planteé.
—En este colegio se reúne la élite —dijo Midori—. Aquí se juntan casi mil niñas de buena
familia. De buena familia y que, encima, sacan buenas notas. Todas eran niñas ricas. Hay que
serlo. La matrícula es cara, hay muchas contribuciones, en los viajes de estudios se alojan en
hoteles de lujo de Kioto y toman manjares selectos en bandejas lacadas, y una vez al año dan, en
el comedor del hotel Okura, clase de modales en la mesa. Vamos, que no es una escuela normal.
¿Sabes que, de las ciento sesenta alumnas del curso, yo era la única que vivía en Toshima? Una
vez miré la lista de alumnas matriculadas. Me preguntaba dónde vivían. ¡Increíble! En Chiyoda-
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ku Sanban-chō, Minato-ku Moto-Azabu, Ōta-ku Denenchōfu, Setagaya-ku Seijō... Todas en
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sitios así. Sólo había una que vivía en Chiba-ken . Intenté hacerme amiga suya. Era una buena
chica. Me dijo: «¿Quieres venir a mi casa?». «Está lejos. Me sabe mal», respondí, pero no me
importaba y fui. ¡Me quedé atónita! ¡Qué casa! Tardabas quince minutos en dar la vuelta al
recinto. Un jardín increíble con dos perros enormes comiendo pedazos de carne de ternera. Con
todo, aquella niña se sentía acomplejada por vivir en Chiba. Era una niña a la que, cuando se le
hacía tarde, la llevaban a la escuela en Mercedes. Con chófer. Un chófer con gorra y guantes
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blancos, como salido de Green Hornet .
Sin embargo, esta niña se avergonzaba de sí misma. ¿Puedes creerlo?
Sacudí la cabeza.
—Miré las listas de toda la escuela, pero yo era la única que vivía en Toshima-ku Kita-
Ōtsuka. Por si fuera poco, en la columna donde se especificaba la profesión de los padres, ponía:
«Propietarios de una librería». Gracias a eso, yo, a las de mi clase, les parecía un ejemplar de lo
más exótico. «¡Qué suerte tienes! ¡Puedes leer todos los libros que quieras!» Todas pensaban en
una librería enorme como Kinokuniya. Esa era la única imagen que les venía a la cabeza al oír la
palabra «librería». Pero la librería Kobayashi es patética. ¡Pobre! La puerta se abre con un sonido
de campanillas y, ante tus ojos, se extiende un gran despliegue de revistas. Las de venta segura
son las revistas femeninas, esas que tienen un suplemento sobre nuevas técnicas sexuales con
ilustraciones de cuarenta y ocho posturas. Las amas de casa del vecindario las compran, devoran
sus páginas sentadas a la mesa de la cocina mientras esperan que lleguen sus maridos para
ponerlas en práctica. ¡Hay cada cosa! No sé en qué deben de estar pensando en la vida estas
mujeres. Las revistas manga también se venden bien: Magazine, Sunday, Jump... Y, por supuesto,
las revistas del corazón. En fin, casi todo son revistas. También tenemos algún libro de bolsillo,
pero ninguno que valga la pena. Novelas de misterio, libros viejos, novelitas: eso es lo único que
11 Distritos y barrios de Tokio donde se hallan muchos edificios oficiales y vive gente acomodada. (N. de la T.)
12 Prefectura cercana a la provincia de Tokio, Tōkyō-to, donde viven muchos trabajadores que se desplazan
diariamente a sus trabajos en Tokio. (N. de la T.)
13 Nombre de una serie de televisión que la cadena japonesa Nippon Terebi emitió en 1967. Posteriormente, se
realizó una versión cinematográfica, protagonizada por Bruce Lee, que se estrenó en Estados Unidos en 1974, y en
Japón, en 1975. (N. de la T.)