Page 428 - El ingenioso caso de don Quijote de la Mancha
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sucedió en el tiempo de Carlo Magno, que voto a tal que es tanta verdad como es ahora de día? Y si

                  es mentira, también lo debe de ser que no hubo Héctor, ni Aquiles, ni la guerra de Troya, ni los doce

                  Pares de Francia, ni el rey Artús de Ingalaterra, que anda hasta ahora convertido en cuervo, y le

                  esperan en su reino por momentos. Y también se atreverán a decir que es mentirosa la historia de

                  Guarno Mezquino, y la de la demanda del Santo Grial, y que son apócrifos los amores de don Tristán
                  y la reina Iseo, como los de Ginebra y Lanzarote, habiendo personas que casi se acuerdan de haber

                  visto a la dueña Quintañona, que fue la mejor escanciadora de vino que tuvo la Gran Bretaña. Y es

                  esto tan ansí, que me acuerdo yo que me decía una mi agüela de partes de mi padre, cuando veía

                  alguna dueña con tocas reverendas. «Aquella, nieto, se parece a la dueña Quintañona.» De donde

                  arguyo yo que la debió de conocer ella, o, por lo menos, debió de alcanzar a ver algún retrato suyo.
                  Pues ¿quién podrá negar no ser verdadera la historia de Pierres y la linda Magalona, pues aun hasta

                  hoy día se vee en la armería de los Reyes la clavija con que volvía al caballo de madera sobre quien

                  iba el valiente Pierres por los aires, que es un poco mayor que un timón de carreta? Y junto a la

                  clavija está la silla de Babieca, y en Roncesvalles está el cuerno de Roldán, tamaño como una grande

                  viga; de donde se infiere que hubo doce Pares, que hubo Pierres, que hubo Cides, y otros caballeros

                  semejantes,

                  déstos que dicen las gentes




                  que a sus aventuras van.


                  Si no, díganme también que no es verdad que fue caballero andante el valiente lusitano Juan de
                  Merlo, que fue a Borgoña y se combatió en la ciudad de Ras con el famoso señor de Charni, llamado

                  mosén Pierres, y después, en la ciudad de Basilea, con mosén Enrique de Remestán, saliendo de

                  entrambas empresas vencedor y lleno de honrosa fama; y las aventuras y desafíos que también

                  acabaron en Borgoña los valientes españoles Pedro Barba y Gutierre Quijada (de cuya alcurnia yo

                  deciendo por línea recta de varón), venciendo a los hijos del conde de San Polo. Niéguenme

                  asimesmo que no fue a buscar las aventuras a Alemania don Fernando de Guevara, donde se
                  combatió con Micer Jorge, caballero de la casa del duque de Austria; digan que fueron burla las

                                             Portal Educativo EducaCYL
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