Page 427 - El ingenioso caso de don Quijote de la Mancha
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en la historia, enamorado de la virtud, enseñado en la bondad, mejorado en las costumbres, valiente
sin temeridad, osado sin cobardía, y todo esto, para honra de Dios, provecho suyo y fama de la
Mancha, do, según he sabido, trae vuestra merced su principio y origen.
Atentísimamente estuvo don Quijote escuchando las razones del canónigo; y cuando vio que ya
había puesto fin a ellas, después de haberle estado un buen espacio mirando, le dijo:
-Paréceme, señor hidalgo, que la plática de vuestra merced se ha encaminado a querer darme a
entender que no ha habido caballeros andantes en el mundo, y que todos los libros de caballerías
son falsos, mentirosos, dañadores e inútiles para la república, y que yo he hecho mal en leerlos, y
peor en creerlos, y más mal en imitarlos, habiéndome puesto a seguir la durísima profesión de la
caballería andante, que ellos enseñan, negándome que no ha habido en el mundo Amadises, ni de
Gaula ni de Grecia, ni todos los otros caballeros de que las escrituras están llenas.
-Todo es al pie de la letra como vuestra merced lo va relatando -dijo a esta sazón el canónigo.
A lo cual respondió don Quijote:
-Añadió también vuestra merced, diciendo que me habían hecho mucho daño tales libros, pues me
habían vuelto el juicio y puéstome en una jaula, y que me sería mejor hacer la enmienda y mudar de
letura, leyendo otros más verdaderos y que mejor deleitan y enseñan.
-Así es -dijo el canónigo.
-Pues yo -replicó don Quijote- hallo por mi cuenta que el sin juicio y el encantado es vuestra merced,
pues se ha puesto a decir tantas blasfemias contra una cosa tan recebida en el mundo, y tenida por
tan verdadera, que el que la negase, como vuestra merced la niega, merecía la mesma pena que
vuestra merced dice que da a los libros cuando los lee y le enfadan. Porque querer dar a entender a
nadie que Amadís no fue en el mundo, ni todos los otros caballeros aventureros de que están
colmadas las historias, será querer persuadir que el sol no alumbra, ni el yelo enfría, ni la tierra
sustenta; porque ¿qué ingenio puede haber en el mundo que pueda persuadir a otro que no fue
verdad lo de la infanta Floripes y Guy de Borgoña, y lo de Fierabrás con la puente de Mantible, que
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