Page 34 - El ingenioso caso de don Quijote de la Mancha
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alguno a la memoria; mas con todo esto, determinó que le llevase, con presupuesto de acomodarle
de más honrada caballería en habiendo ocasión para ello, quitándole el caballo al primer descortés
caballero que topase. Proveyóse de camisas y de las demás cosas que él pudo, conforme al consejo
que el ventero le había dado. Todo lo cual hecho y cumplido, sin despedirse Panza de sus hijos y
mujer, ni Don Quijote de su ama y sobrina, una noche se salieron del lugar sin que persona los viese,
en la cual caminaron tanto, que al amanecer se tuvieron por seguros de que no los hallarían aunque
les buscasen. Iba Sancho Panza sobre su jumento como un patriarca, con sus alforjas y su bota, y
con mucho deseo de verse ya gobernador de la ínsula que su amo le había prometido. Acertó Don
Quijote a tomar la misma derrota y camino que el que él había antes tomado en su primer viaje, que
fue por el Campo de Montiel, por el cual caminaba con menos pesadumbre que la vez pasada,
porque por ser la hora de lamañana y herirles a soslayo los rayos del sol, no les fatigaban. Dijo en
esto Sancho Panza a su amo: mire vuestra merced, señor caballero andante, que no se le olvide lo
que de la ínsula me tiene prometido, que yo la sabré gobernar por grande que sea. A lo cual le
respondió Don Quijote: has de saber, amigo Sancho Panza, que fue costumbre muy usada de los
caballeros andantes antiguos hacer gobernadores a sus escuderos de las ínsulas o reinos que
ganaban; y yo tengo determinado de que por mí no falte tan agradecida usanza; antes pienso
aventajarme en ella, porque ellos algunas veces, y quizá las más, esperaban a que sus escuderos
fuesen viejos, y ya después de hartos de servir, y de llevar malos días y peores noches, les daban
algún título de conde; o por lo menos de marqués de algún valle o provincia de poco más o menos;
pero si tú vives y yo vivo, bien podría ser que antes de seis días ganase yo tal reino, que
tuviese otros a él adherentes, que viniesen de molde para coronarte por rey de uno de ellos. Y no lo
tengas a mucho, que cosas y casos acontecen a los tales caballeros, por modos tan nunca vistos ni
pensados, que con facilidad te podría dar aún más de lo que te prometo. De esa manera, respondió
Sancho Panza, si yo fuese rey por algún milagro de los que vuestra merced dice, por lo menos Juana
Gutiérrez, mi oislo, vendría a ser reina y mis hijos infantes. ¿Pues quién lo duda? respondión Don
Quijote. Yo lo dudo, respondió Sancho Panza, porque tengo para mí que aunque lloviese Dios reinos
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