Page 278 - El ingenioso caso de don Quijote de la Mancha
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Díjole Anselmo que bien podía estar segura de aquella sospecha, porque él sabía que Lotario andaba
enamorado de una doncella principal de la ciudad, a quien él celebraba debajo del nombre de Clori,
y que, aunque no lo estuviera, no había que
temer de la verdad de Lotario y de la mucha amistad de entrambos. Y, a no estar avisada Camila de
Lotario de que eran fingidos aquellos amores de Clori, y que él se lo había dicho a Anselmo por
poder ocuparse algunos ratos en las mismas alabanzas de Camila, ella, sin duda, cayera en la
desesperada red de los celos; mas por estar ya advertida, pasó aquel sobresalto sin pesadumbre.
Otro día, estando los tres sobre mesa, rogó Anselmo a Lotario dijese alguna cosa de las que había
compuesto a su amada Clori; que, pues Camila no la: conocía, seguramente podía decir lo que
quisiese.
-Aunque la conociera -respondió Lotario-, no encubriera yo nada; porque cuando algún amante loa
a su dama de hermosa y la nota de cruel, ningún aprobio hace a su buen crédito; pero, sea lo que
fuere, lo que sé decir, que ayer hice un soneto a la ingratitud desta Clori, que dice ansí:
SONETO
En el silencio de la noche, cuando
ocupa el dulce sueño a los mortales,
la pobre cuenta de mis ricos males
estoy al cielo y a mi Clori dando.
Y al tiempo cuando el sol se va mostrando
por las rosadas puertas orientales,
con suspiros y acentos desiguales
voy la antigua querella renovando.
Y cuando el sol, de su estrellado asiento
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