Page 266 - El ingenioso caso de don Quijote de la Mancha
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no la pierda, antes la guarde y conserve, ha de usar de otro estilo diferente que con el arminio se
tiene, porque no le han de poner delante el cieno de los regalos y servicios de los importunos
amantes, porque quizá, y aun sin quizá, no tiene tanta virtud y fuerza natural que pueda por sí
mesma atropellar y pasar por aquellos embarazos; y es necesario quitárselos y ponerle delante la
limpieza de la virtud y la belleza que encierra en sí la buena fama. Es asimesmo la buena mujer
como espejo de cristal luciente y claro; pero está sujeto a empañarse y escurecerse con cualquiera
aliento que le toque. Hase de usar con la honesta mujer el estilo que con las reliquias adorarías, y no
tocarlas. Hase de guardar y estimar la mujer buena como se guarda y estima un hermoso jardín que
está lleno de flores y rosas, cuyo dueño no consiente que nadie le pasee ni manosee; basta que desde
lejos y por entre las verjas de hierro gocen de su fragancia y hermosura. Finalmente, quiero decirte
unos versos que se me han venido a la memoria, que los oí en una comedia moderna, que me parece
que hacen al propósito de lo que vamos tratando. Aconsejaba un prudente viejo a otro, padre de una
doncella, que la recogiese, guardase y encerrase, y entre otras razones, le dijo éstas:
Es de vidrio la mujer,
pero no se ha de probar
si se puede o no quebrar,
porque todo podría ser.
Y es más fácil el quebrarse,
y no es cordura ponerse
a peligro de romperse
lo que no puede soldarse.
Y en esta opinión estén
todos, y en razón la fundo;
que si hay Dánaes en el mundo,
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