Page 168 - El ingenioso caso de don Quijote de la Mancha
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-¡Ta, ta! -dijo Sancho-. ¿Que la hija de Lorenzo Corchuelo es la señora Dulcinea del Toboso, llamada

                  por otro nombre Aldonza Lorenzo?

                  -Esa es -dijo don Quijote-, y es la que merece ser señora de todo el universo.


                  -Bien la conozco -dijo Sancho-, y sé decir que tira tan bien una barra como el más forzudo zagal de

                  todo el pueblo. ¡Vive el Dador, que es moza de chapa, hecha y derecha y de pelo en pecho, y que

                  puede sacar la barba del lodo a cualquier caballero andante, o por andar, que la tuviere por señora!
                  ¡Oh hi de puta, qué rejo que tiene, y qué voz! Sé decir que se puso un día encima del campanario del

                  aldea a llamar unos zagales suyos que andaban en un barbecho de su padre, y aunque estaban de allí

                  más de media legua, así la oyeron como si estuvieran al pie de la torre. Y lo mejor que tiene es que

                  no es nada melindrosa, porque tiene mucho de cortesana: con todos se burla y de todo hace mueca y

                  donaire. Ahora digo, señor Caballero de la Triste Figura, que no solamente puede y debe vuestra

                  merced hacer locuras por ella, sino que con justo título puede desesperarse y ahorcarse; que nadie
                  habrá que lo sepa que no diga que hizo demasiado de bien, puesto que le lleve el diablo. Y querría ya

                  yerme en camino, sólo por vella; que ha muchos días que no la veo, y debe de estar ya trocada;

                  porque gasta mucho la faz de las mujeres andar siempre al campo, al sol y al aire. Y confieso a

                  vuestra merced una verdad, señor don Quijote: que hasta aquí he estado en una grande ignorancia;

                  que pensaba bien y fielmente que la señora Dulcinea debía de ser alguna princesa de quien vuestra

                  merced estaba enamorado, o alguna persona tal, que mereciese los ricos presentes que vuestra
                  merced le ha enviado, así el del vizcaíno como el de los galeotes, y otros muchos que deben ser,

                  según deben de ser muchas las vitorias que vuestra merced ha ganado y ganó en el tiempo que yo

                  aún no era su escudero. Pero bien considerado, ¿qué se le ha de dar a la señora Aldonza Lorenzo,

                  digo, a la señora Dulcinea del Toboso, de que se le vayan a hincar de rodillas delante della los

                  vencidos que vuestra merced le envía y ha de enviar? Porque podría ser que al tiempo que ellos

                  llegasen estuviese ella rastrillando lino o trillando en las eras, y ellos se corriesen de verla, y ella se

                  riese y enfadase del presente.

                  -Ya te tengo dicho antes de agora muchas veces, Sancho -dijo don Quijote-, que eres muy grande

                  hablador y que, aunque de ingenio boto, muchas veces despuntas de agudo; mas para que veas cuán

                                             Portal Educativo EducaCYL
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