Page 105 - El ingenioso caso de don Quijote de la Mancha
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acomeitera aunque verdaderamente supiera que erades los mismos Satanases del infierno, que para
tales os juzgué y tuve siempre. Ya que así lo ha querido mi suerte, dijo el bachiller, suplicó a vuestra
merced, señor caballero andante, que tan mala andanza me ha dado, me ayude a salir de debajo
desta mula, que me tiene tomada una pierna entre el estribo y la silla. Hablara yo para mañana, dijo
Don Quijote; ¿y hasta cuándo aguardábades a decirme vuestro afán? Dió luego voces a Sancho
Panza que viniese; pero él no se curó de venir, porque andaba ocupado desvalijando una acémila de
repuesto que traían aquellos buenos señores bien bastecida de cosa de comer.
Hizo Sancho costal de su gabán y recogiendo además todo lo que pudo y cupo en el talego de la
acémila, cargo su jumento, y luego acudió a las voces de su amo y ayudó a sacar al señor bachiller de
la opresión de la mula, y poniéndole encima della, le dio el hacha, y Don Quijote le dijo que siguiese
la derrota de sus compañeros, a quien de su parte pidiese perdón de el agravio, que no había sido en
su mano dejar de haberles hecho. Dijóle también Sancho: Si acaso quisieren saber esos señores
quién ha sido el valeroso que tales los puso, dígales vuestra merced que es el famoso Don Quijote de
la Mancha, que por otro nombre se llama el "Caballero de la Triste Figura". Con esto se fue el
bachiller, y Don Quijote preguntó a Sancho, que qué le había movido a llamarle el "Caballero de la
Triste Figura", más entonces que nunca. Yo se lo diré, respondió Sancho, porque le estado mirando
un rato a luz de aquella hacha que llevaba aquel mal andante, y verdaderamente tiene vuestra
merced la más mala figura de poco acá que jamás he visto; y débelo de haber causado o ya el
cansancio deste combate, o ya la falta de muelas o dientes.
No es eso, respondió Don Quijote, sino el sabio a cuyo cargo debe de estar el escribir la historia de
mis hazañas, le habrá parecido que será bien que yo tome algún nombre apelativo, como lo tomaban
los caballeros pasados: cuál se llamaba "el de la Ardiente Espada", cuál "el del Unicornio", aquel "el
de las Doncellas", aqueste "el del ave Fénix", el otro "el Caballero del Grifo", estotro "el de la
Muerte", y por estos nombres e insignias eran conocidos por la toda la redondez de la tierra; y así
digo que el sabio ya dicho te habrá puesto en la lengua y en el pensamiento ahora que me llamase el
"Caballero de la Triste Figura", como pienso llamarme
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