Page 121 - De Victoria para Alejandro
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 to hasta terminar. ¡Y ahora lo copio para ti, Marta,   Luego repetía bajito, como una oración, el nombre
 que conociste al Señor en persona!   de Alejandro.
 La  risa  alegre  de  Miriam alborotó  a  los   Marta entró en la habitación con un paso
 pájaros.   poco apropiado para sus años.
 -¡Y te ayudo yo, que no le conocí! Victo­  -Victoria,  hija  -la  sacudió  blandamente
 ria, sé  leer bastante bien. ¿Me dejas que te dicte?   por un hombro-. ¡Victoria!
 Y sin aguardar respuesta comenzó.   Y  ante la mirada  sobresaltada de  la  mu­
 «El Reino de los cielos es igual. ..   chacha:
                    -Te esperan en el patio.
                    Con la cara blanca como la cal de las pa­
 Tiempo ... ,  tiempo ...  ¡Cómo  volaban  los   redes y la piernas temblorosas, salió al patio para
 días! Marta anunció a Victoria y a Miriam que los   verse aplastada por dos brazos de hierro que no la
 días de  ayuno  de  los monjes de Qumram habían   dejaban apenas respirar. Y una voz en ¡latín!
 finalizado y  que  el tío José  ya podía viajar a Je­  -¡Victoria!, mi niña ... , Victoria ...
 rusalén.
 Tiempo...  Victoria  había  terminado  tres
 copias del rollo de la Buena Nueva de Marcos. Ya
 estaban guardadas en sus fundas de piel de cabra,
 tan suave que parecía terciopelo. Victoria entregó
 una de ellas a Miriam.
 -Dásela  a  tu hermano  Judas  para la. bi­
 blioteca del monasterio. Se la prometí en Qumrán.
 Tiempo ... Dentro de poco cambiarían los
 vientos y comenzarían las tormentas y no se podría
 viajar en barco hasta la primavera.
 Tiempo ...
 -Padre nuestro, que estás en el cielo. Tú
 que eres el Señor del tiempo, tráeme a mi padre ...
 -musitaba Victoria, en su habitación con la vista
 fija  en  el  cuadrado  de  cielo  azul  de  la  ventana.
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