Page 124 - De Victoria para Alejandro
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-Tu mensaje me encontró ya en camino.
Alejandro, un esclavo de uno de mis amigos de
Roma me trajo una carta que le había escrito Vic
toria. Estaba alarmado y me contagió su alarma,
así que me puse en camino -contempló a su hija
con reproche y ella enrojeció-. Luego encontré en
una posada el correo militar y vuestra carta; me
agregué a unos hombres que venían a reforzar las
tropas del legado* de Siria y el viaje fue realmente
rápido.
Con la mano libre acarició el pelo de su
hija, sentada a sus pies.
-Y más rápido aún fue resolver tu proble
ma, pequeña. Hablé con el gobernador Gesio Flo
ro, con mi agente y con tus tíos. Todos estuvieron
muy corteses y muy, muy nerviosos.
-¿Qué te dijeron los tíos?
El senador soltó una carcajada.
-¡Nada! Me dieron la bienvenida ... en la
puerta. Me dijeron que estabas viviendo en Beta
nia, y salí para aquí, tras otra breve visita a mi
administrador. Y o soy Cornelio, tu padre, senador
romano. Estoy en Judea; todos los poderes quedan
revocados. No pueden hacer nada, sus guardas no
pueden levantar la mano sobre un romano que es
senador y nadie puede impedir que me lleve a mi
hija. Y nos vamos a marchar de este país mañana
mismo. No tomaré represalias contra tus tíos. Son
la familia de tu madre. Pero no se lo he dicho. Si
están inquietos algún tiempo se lo merecen por la