Page 270 - Narraciones extraordinarias
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Examinamos todas las sillas y junturas de muebles de la
sacudida como suelen hacerlo algunos de nuestros oficia
casa con la ayuda de un microscopio. Cualquier indicio de
les. Medimos también el espesor de cada encuadernación,
una alteración reciente, lo hubiéramos detectado. Un sim
siempre con la meticulosidad del microscopio. Si cualquie
ple grano de polvo, por ejemplo, sería tan visible como
ra encuadernación hubiera sido alterada para guardar la
una manzana. Cualquier cambio en alguna juntura lo ha carta, lo habríamos notado al acto.
bríamos notado de inmediato.
-¿Miraron en el suelo, bajo las alfombras?
-Supongo que revisaron cada espejo, entre el cristal y
-Sí.
el marco, y las camas y las ropas de cama, además de las -¿En el papel mural?
cortinas y las alfombras.
/ -Sí.
. -Naturalmente. Y cuando acabamos con los muebles , -¿Registraron los sótanos?
registramos todo el edificio. Dividimos toda la superficie
-Sí.
en partes numeradas, para evitar confusiones. Una vez que -Entonces -dije-, ustedes se han equivocado y la car-
r
terminamos con el tereno, continuamos con las dos casas
ta no está en la casa del Ministro.
contiguas, siempre acompañados por el microscopio.
-Temo que tenga usted razón -dijo el Prefecto-. Pues
-¡Las dos casas contiguas! Ustedes han trabajo mu bien, Dupin, ¿qué me aconseja?
chísimo.
-Revisar completamente la casa otra vez.
-Por cierto, pero la recompensa que se ofrece es pro -Eso es absolutamente innecesario -respondió G.-.
digiosa.
Estoy seguro que la carta no está en la casa.
-¿Revisaron, también, los terrenos aledaños a las ca
sas? -Pues no tengo un consejo mejor que darle -agrego
Dupin-. Supongo que tiene usted una perfecta descripción
-Esos terrenos están cubiertos con 1adril1os y nos die
de la carta.
ron poco trabajo. Constatamos que las junturas de los la
-Claro que sí.
dri1los, cubiertas de musgo, estaban intactas.
Luego de extraer una libreta, el Prefecto nos leyó sus
-Supongo que miraron ustedes en los papeles del Mi
apuntes que hacían una perfecta descripción de la c rta,
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nistro D. y en todos los libros de su biblioteca.
tanto en sus aspectos internos como externos. Al termmar
-Por supuesto, abrimos cada paquete, cada bulto, y eso
la lectura, con el ánimo por el suelo, se despidió de noso
no fue todo: revisamos cada unos de los libros de la biblio
tros y se fue.
teca hoja por hoja; no nos contentamos con una simple
Al paso de un mes, nos hizo otra visita. Se encontraba
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