Page 269 - Narraciones extraordinarias
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Cre haber registrado cada escondite o lugar en donde se das partes. Buscamos en toda la mansión, habitación por
pudiera esconder un papel.
habitación, dedicamos todas las noches de cada semana a
un aposento. Abrimos todos los cajones, ya que, como us
-¿Pero -pregunté- existe la posibilidad que el Minis
tro guarde la carta en alguna otra parte?
lcdes saben, no existe para los agentes de policías un cajón
-Eso no es posible -aseguró Dupin-. La situación ac
secreto que pueda escapársenos. Quién no vea un cajón
secreto no es más que un imbécil. El asunto es simple:
tual de los asuntos de la corte y en especial en los que anda
cada escritorio tiene cierta cantidad de volumen que es f á
envuelto D., hacen necesario que el documento esté a la
cil calcular. Tenemos para eso reglas exactas. No se nos
n:iano Y que pueda ser exhibido en cualquier momento;
escapa ningún detalle. Luego revisamos las sillas. Los al
siendo esto igual de importante que su posesión.,---
mohadones fueron sondeados con esas largas agujas que
-¿Qué la carta pueda ser mostrada? -pregunté.
p ustedes me han visto utilizar. Después, quitamos todos los
-O que ueda ser destruida -rectificó Dupin.
tablones de las mesas.
-Pues bien -convine-, ciertamente el documento debe
-¿Para qué?
estar en la casa, pues doy por descartado que el Ministro
lo lleve con él.
-Hay veces en que la persona que desea ocultar algo,
· --En efecto -afirmó el Prefecto-. Lo he mandado asal levanta uno de los tablones, hace una cavidad en una de
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tar os vec s por unos maleantes y ha sido perfectamente las patas, deposita el objeto adentro y vuelve a colocar el
registrado sm resultados.
tablón. Hacen lo mismo con las cabeceras de las camas.
-¿No es posible detectar esa cavidad a través del soni
-Se podría haber ahorrado ese trabajo -dijo Dupin-.
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Pres mo que D. no es un loc9 y, por lo tanto, debe haber do? -pregunté.
previsto esos asaltos.
-No es posible si se ha llenado la cavidad con algo
dón. Además, no queríamos hacer ruido.
-No será un loco -dijo el Prefecto-, pero es un poeta,
por lo que, según mi opinión, se encuentra muy cerca de la -Pero ustedes no pueden haber desarmado todos lo
locura.
muebles para buscar un objeto de esas características; ade
. -Cierto -afirmó Dupin, aspirando pensativo de su más, si la carta se hubiera enrollado de forma muy fina,
pipa- au �� ue me confieso autor de un par de malas rimas. parecida a sus agujas, y luego escondida dentro del palo
-Ref1eranos -propuse- detalles precisos de su búsque de una silla, por ejemplo ... ¿Han ustedes desarmado y re
da.
visados las patas de todas las sillas de la casa?
-Ciertamente que no, hemos hecho algo mejor que eso.
-Pues bien, como teníamos tiempo, revisamos por to-
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