Page 264 - Narraciones extraordinarias
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de un asunto  oficial que le había dado mucho trabajo.                      -Por fin, ¿cuál es el misterio? -insistí.
               -Si se trata de  un caso que requiere reflexión -obser­                 -Pues voy a decírselo -replicó el Prefecto, al tiempo
           vó Dupin, sin encender la mecha de la lámpara-, es mejor                que lanzaba una gran bocanada de humo y se acomodaba
           examinarlo en la oscuridad.                                             en el sillón-. Puedo explicarlo brevemente, pero antes debo
               -He aquí una de sus raras ideas -dijo el Prefecto, para             advertirles que  el asunto requiere del máximo  secreto, es
           quien era raro  todo aquello que no comprendía, viviendo                más, si se supiera que lo he contado a terceros, perdería mi
           por consiguiente en un mundo lleno de "rarezas".                        puesto.
               -Es muy cierto  -respondió Dupin, ofreciéndole  una                     -Continúe -dije.
           silla y una pipa de agua.                                                   -O no lo haga -agregó Dupin.

               -Y bien, ¿cuál es la dificultad? -pregunté-. Espero que                 -Un alto  funcionario me ha comunicado  del robo de
           nada tenga que ver con asesinatos.                                      un documento de infinita importancia. Se sabe quien lo ha
               -Nada de eso. El asunto en realidad es muy sencillo, y               robado, pues lo han visto; y se sabe también que esta per­
           no  dudo que  con mis agentes podremos solucionarlo; de                  sona aún lo mantiene en su poder.
           todas formas pensé que a Dupin podría interesarle, ya que                    -¿Cómo lo saben? -preguntó Dupin.
           es un caso muy extraño.                                                      -Lo sabemos por el carácter del documento, y por que
               -Extraño y sencillo -acotó Dupin.                                    ciertos hechos que  este mandaba no se han efectuado, es
               -Sí, es cierto, el problema es sencillo, pero de  todos              decir, que continúa en manos del ladrón.
           modos nos desconcierta.                                                      -Sea un poco más claro -dije.
               -Quizás es la simplicidad del asunto lo que los condu-                   -Pues bien, dicho documento confiere a su poseedor
           ce al error.                                   �                         cierto  poder en cierto lugar, poder que  es inmensamente
               -¡Qué absl,lrdos dice usted! -exclamo entre risas el Pre­            valioso  -explicaba el Prefecto,  orgulloso  de  su  jerga di-
           fecto.                                                                   plomática.
              -Quizás el misterio  sea demasiado  sencillo  -agregó                     -Sigo sin entender -dijo Dupin.
          Dupin.                                                                        -Trataré de ser más claro. La exhibición de este docu-
              -¡Oh, Dios mío! ¿Cómo se le pueden ocurrir esas ideas?                mento a una tercera persona, de la cual no puedo revelar el
              -Quizás sea demasiado evidente.                                       nombre, afectará el honor de alguien de muy alto  rango;
              -¡Oh, ja, ja, ja, ja! ¡Dupin, quiere usted hacerme mo-                así, el honor y tranquilidad de esta última queda a merced
          rir de risa! ¡Demasiado evidente! ¡Ja, ja!                                del ladrón.


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