Page 64 - Historia de una gaviota y del gato que le enseño a volar - 6° - Septiembre
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—Sí. Y si todo esto es un sueño, qué importa. Me gusta y quiero
seguir soñándolo —respondió el humano.
—Entonces puedo ir al grano —propuso Zorbas.
El humano asintió, pero le pidió respetar el ritual de la
conversación de los humanos. Le sirvió al gato un plato de leche, y él
se acomodó en el sofá con una copa de coñac en las manos.
—Maúlla, gato —dijo el humano, y Zorbas le refirió la historia de la
gaviota, del huevo, de Afortunada y de los infructuosos esfuerzos de
los gatos para enseñarle a volar.
—¿Puedes ayudarnos? —consultó Zorbas al terminar su relato.
—Creo que sí. Y esta misma noche —respondió el humano.
—¿Esta misma noche? ¿Estás seguro? —inquirió Zorbas.
—Mira por la ventana, gato. Mira el cielo. ¿Qué ves? —invitó el
humano.
—Nubes. Nubes negras. Se acerca una tormenta y muy pronto
lloverá —observó Zorbas.
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