Page 12 - Un-mundo-feliz-Huxley
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mecanismo  producía  un  débil  zumbido.  El  director  explicó  que  los  tubos  de
                  ensayo  tardaban  ocho  minutos  en  atravesar  aquella  cámara  metálica.  Ocho
                  minutos de rayos X era lo máximo que los óvulos podían soportar. Unos pocos
                  morían;  de  los  restantes,  los  menos  aptos  se  dividían  en  dos;  después  a  las
                  incubadoras, donde los nuevos brotes empezaban a desarrollarse; luego, al cabo
                  de  dos  días,  se  les  sometía  a  un  proceso  de  congelación  y  se  detenía  su
                  crecimiento.  Dos,  cuatro,  ocho,  los  brotes,  a  su  vez,  echaban  nuevos  brotes;
                  después se les administraba una dosis casi letal de alcohol; como consecuencia
                  de ello, volvían a subdividirse  —brotes de  brotes de brotes— y  después se les
                  dejaba desarrollar en paz, puesto que una nueva detención en su  crecimiento
                  solía resultar fatal. Pero, a aquellas alturas, el óvulo original se había convertido
                  en  un  número  de  embriones  que  oscilaba  entre  ocho  y  noventa  y  seis,  un
                  prodigioso adelanto, hay que reconocerlo, con respecto a la Naturaleza. Mellizos
                  idénticos,  pero  no  en  ridículas  parejas,  o  de  tres  en  tres,  como  en  los  viejos
                  tiempos  vivíparos,  cuando  un  óvulo  se  escindía  de  vez  en  cuando,
                  accidentalmente; mellizos por docenas, por veintenas a un tiempo.
                        —Veintenas  —repitió  el  director;  y  abrió  los  brazos  como  distribuyendo
                  generosas dádivas—. Veintenas.
                        Pero uno de los estudiantes fue lo bastante estúpido para preguntar en qué
                  consistía la ventaja.
                        —¡Pero,  hijo  mío!  —exclamó  el  director,  volviéndose  bruscamente  hacia
                  él—.  ¿De  veras  no  lo  comprende?  ¿No  puede  comprenderlo?  —Levantó  una
                  mano, con expresión solemne—. El Método Bokanovsky es uno de los mayores
                  instrumentos de la estabilidad social.
                        «Uno de los mayores instrumentos de la estabilidad social».
                        Hombres y mujeres estandarizados, en grupos uniformes. Todo el personal
                  de una fábrica podía ser el producto de un solo óvulo bokanovskificado.
                        —¡Noventa  y  seis  mellizos  trabajando  en  noventa  y  seis  máquinas
                  idénticas!  —La voz del director casi temblaba de entusiasmo—. Sabemos muy
                  bien adónde vamos. Por primera vez en la historia. —Citó la divisa planetaria—:
                  «Comunidad,  Identidad,  Estabilidad».  —Grandes  palabras—.  Si  pudiéramos
                  bokanovskificar indefinidamente, el problema estaría resuelto.
                        Resuelto  por  Gammas  en  serie,  Deltas  invariables,  Epsilones  uniformes.
                  Millones de mellizos idénticos. El principio de la producción en masa aplicado,
                  por fin, a la biología.
                        —Pero, por desgracia —añadió el director—, no podemos bokanovskificar
                  indefinidamente.
                        Al parecer, noventa y seis era el límite, y setenta y dos un buen promedio.
                  Lo más que podían hacer, a falta de poder realizar aquel ideal, era manufacturar
                  tantos  grupos  de  mellizos  idénticos  como  fuese  posible  a  partir  del  mismo
                  ovario y con gametos del mismo macho. Y aun esto era difícil.
                        —Porque, por vías naturales, se necesitan treinta años para que doscientos
                  óvulos  alcancen  la  madurez.  Pero  nuestra  tarea  consiste  en  estabilizar  la
                  población  en  este  momento,  aquí  y  ahora.  ¿De  qué  nos  serviría  producir
                  mellizos con cuentagotas a lo largo de un cuarto de siglo?
                        Evidentemente,  de  nada.  Pero  la  técnica  de  Podsnap  había  acelerado
                  inmensamente el proceso de la maduración. Ahora cabía tener la seguridad de
                  conseguir  como  mínimo  ciento  cincuenta  óvulos  maduros  en  dos  años.
                  Fecundación y bokanovskificación —es decir, multiplicación por setenta y dos—,
                  aseguraban una producción media  de casi once mil hermanos y hermanas en
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