Page 14 - El Príncipe
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Turco,  pero  que,  una  vez  conquistado,  es  muy  fácil  conservarlo.  Las
                razones de la dificultad para apoderarse del reino del Turco residen en que
                no se puede esperar ser llamado por los príncipes del Estado, ni confiar en

                que su rebelión facilitará la empresa. Porque, siendo esclavos y deudores
                del príncipe, no es nada fácil sobornarlos; y aunque se lo consiguiese, de
                poca  utilidad  sería,  ya  que,  por  las  razones  enumeradas,  los  traidores  no
                podrían  arrastrar  consigo  al  pueblo.  De  donde  quien  piense  en  atacar  al
                Turco reflexione antes en que hallará el Estado unido, y confíe más en sus
                propias fuerzas que en las intrigas ajenas. Pero una vez vencido y derrotado
                en campo abierto de manera que no pueda rehacer sus ejércitos, ya no hay

                que temer sino a la familia del príncipe; y extinguida ésta, no queda nadie
                que  signifique  peligro,  pues  nadie  goza  decrédito  en  el  pueblo;  y  como
                antes de la victoria el vencedor no podía esperar nada de los ministros del
                príncipe, nada debe temer después de ella.
                   Lo contrario sucede en los reinos organizados como el de Francia, donde,
                si  te  traes  a  algunos  de  los  nobles,  que  siempre  existen  descontentos  y

                amigos  de  las  mudanzas,  fácil  te  será  entrar.  Estos,  por  las  razones  ya
                dichas, pueden abrirte el camino y facilitarte la conquista; pero si quieres
                mantenerla,  tropezarás  después  con  infinitas  dificultades  y  tendrás  que
                luchar  contra  los  que  te  han  ayudado  y  contra  los  que  has  oprimido.No
                bastará  que  extermines  la  raza  del  príncipe:  quedarán  los  nobles,  que  se
                harán  cabecillas  de  los  nuevos  movimientos,  y  como  no  podrás
                conformarlos  ni  matarlos  a  todos  perderás  el  Estado  en  la  primera

                oportunidad que se les presente.
                   Ahora,  si  se  medita  sobre  la  naturaleza  del  gobierno  de  Darío,  se
                advertirá  que  se  parecía  mucho  al  del  Turco.  Por  eso  fue  preciso  que
                Alejandro lo derrotará completamente y le cortara la campaña. Después de
                la victoria, y muerto Darío, Alejandro quedó dueño tranquilo del Estado,
                por  las  razones  discurridas.  Y  si  los  sucesores  hubiesen  permanecido

                unidos, habrían podido gozar en paz de la conquista, porque no hubo en el
                reino otros tumultos que los que ellos mismos suscitaron. Pero es imposible
                conservar  con  tanta  seguridad  un  Estado  organizado  como  el  de  Francia.
                Por  ejemplo,  los  numerosos  principados  que  había  en  España,  Italia  y
                Grecia  explican  las  recuentes  revueltas  contra  los  romanos  y  mientras
                perduró el recuerdo de su existencia, los romanos nunca estuvieron seguros
                de su conquista; pero una vez el recuerdo borrado, se convirtieron, gracias a

                la  duración  y  al  poder  del  imperio,  en  sus  seguros  dominadores.  Y  así
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