Page 180 - Tokio Blues - 3ro Medio
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los pies a la cabeza. No sé qué hacer. Me siento confuso. No pretendo excusarme,
pero, a mi manera, he intentado ser lo más sincero posible y no le he mentido
nunca a nadie. Siempre he tenido cuidado de no herir a nadie. No tengo la menor
idea de cómo he caído en este laberinto. ¿Qué debo hacer? Tú eres la única
persona a quien puedo pedir consejo.»
Pegué un sello de correo urgente y envié la carta aquella misma noche.
La respuesta de Reiko llegó cinco días más tarde.
«Primero, las buenas noticias. Naoko está mejorando mucho más deprisa de lo
que cabía esperar. Hablé con ella por teléfono y la noté muy lúcida. Quizá pueda
volver pronto.
»A continuación, a lo tuyo.
»Creo que no deberías tomarte las cosas tan en serio. Amar a alguien es algo
maravilloso y, si este sentimiento es sincero, no tiene por qué arrojar a nadie en un
laberinto. Ten más confianza en ti mismo.
»Mi consejo es muy simple. En primer lugar, si Midori te atrae tanto, es lógico
que te hayas enamorado de ella. Lo vuestro puede ir bien o puede ir mal. Pero el
amor es así. Y cuando te enamoras, lo normal es abandonarte a este amor. Esta es
mi opinión. Creo que ésta puede ser una forma de honestidad.
»En segundo lugar, en cuanto a las relaciones sexuales con ella, disculpa que
no quiera entrar en tus intimidades. Habla con Midori y sacad una conclusión que
os satisfaga a los dos.
»En tercer lugar, no se lo cuentes a Naoko. Si fuera necesario decirle algo,
llegado el momento ya pensaríamos la mejor manera de hacerlo. Pero, por ahora,
no le cuentes nada. Déjamelo a mí.
»En cuarto lugar, hasta ahora has ayudado mucho a Naoko. En el futuro,
aunque ya no estés enamorado de ella, todavía hay un montón de cosas que puedes
hacer por ella. Así que intenta no tomártelo todo tan a pecho. Nosotros (con
"nosotros" me refiero a la gente normal y a la que no lo somos tanto), todos
nosotros somos seres imperfectos que vivimos en un mundo imperfecto. Y no
debemos vivir de una manera tan rígida, midiendo la longitud con una regla y los
ángulos con un transportador como si la vida fuera un depósito bancario. ¿No te
parece?
»Midori me parece una chica fantástica. Leyendo tu carta, he comprendido por
qué te sientes atraído por ella. También puedo entender que al mismo tiempo te
sientas atraído por Naoko. Esto no es ningún pecado. Cosas así pasan todos los
días en este mundo. Es igual que ir en bote por un lago en un día soleado y decir
que el cielo es hermoso y que el lago es bello. Deja de atormentarte por esto. Las
cosas fluyen hacia donde tienen que fluir, y por más que te esfuerces e intentes
hacerlo lo mejor posible, cuando llega el momento de herir a alguien lo hieres. La
vida es así. Parece que esté aleccionándote, pero ya es hora de que aprendas a vivir
de este modo. Constantemente intentas que la vida se adecué a tu modo de hacer
las cosas. Si no quieres acabar en un manicomio, abre tu corazón y abandónate al
curso natural de la vida. Incluso una mujer débil e imperfecta como yo piensa lo
maravilloso que es vivir. Intenta ser feliz. ¡Adelante!
»Por supuesto, siento mucho que lo vuestro, lo de Naoko y tú, no haya tenido
un final feliz. Pero, a fin de cuentas, ¿quién puede decir lo que es mejor? No te