Page 158 - Autobiografia de mi Madre v.2
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vencida de que quizá se hubJera olvidado por comple tras la observaba, se sacó cera de la oreja y se la llevó a
to de él, se lo recordé, Je hablé del tonel lleno de da.vos, la boca para comérsela.
le dije dónde estaba exactamente el tonel, qué aspecto ¿ Y en , ué p odría estar pensando ml p adre sentado en
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tenia el tonel, cómo eran ios clavos, cómo eran los aquella habitación > sentado en una silla que era una ré
cfavos -fríos, brillante!-:- gue estaban amontonados en plica de otra silla que aparecía en una píntura del salón
ú
el tonel. Í� l volvió a nega.r que tuviera ning n da.vo en de algún horrible in glés, una ré plica de aquella silla hc
absoluto. Ei sonido de su voz no había cambiado; era cba p or las manos de alguien de < ¡uien sin duda al g una
simple1nente que le ofa por primera vez, No hizo que él se había aprovechado? Q ué podría estar pensando
¿
se rompíera nad .a en mi interior ) no hizo que se rom mientras observaba aquel mar cuya superfide estaba a
pjera nada fuera de mí, no fue repentino, no fue veces agitada, a veces en calma? V n ser humano, una
incsperádo, aunc ¡ ue tampoco lo esperaba . . . fue al g o p ersona, muchas p ersonas, un pueblo� dir.:in que lo q ue
natura), un hecho consumado, como d brm�co cambio 1es rodea, Jo que les rodea físicamente, forma su con
de altura de las montañas o el azul del delo, o la luna. ciem::ia, su verdadera esencia; al levantarse todas las
Ése era mi padre, el mismo hombre que había conoci mañanas, esas personas miran h:ada las verdes colinas,
do siemp re, sólo que sabía más de él. los blancos acantilados, las montañas plateadas, los
Cuando Lazan.is se hubo marchad o, sin los clavos dorados cam p os de tri g o, los ríos de centelleante agua
<1uc había venido a buscar, sin los clavos que necesita azul, y en la belleza de todo ello -y es realmente bello,
ba, mi padre me agarró por la parte posterior del cuello no pueden evitar que )es p arezca hermoso- conqu1s�
del vestido < ¡ue llevaba puesto, me arrastró por toda la tan lnvisihle. mágic:amente, la distancia existente entre
casa hasta el cobertizo donde tenfa el tonel lleno de ellas y la helleza <1ue están contem p lando, sintiendo que
clavos y me hundi() la cara en el tonel Heno de clavos se convierten en una unidad con kt naturaleza, tiue les
mientras me decía en criollo francés: �:Ahora sabes proporciona fuerza, les inspira para cantar melodías,
dónde están los clavos, ahora sí que sabes exactamente para componer versos; se inventan a sí mismas y se
dónde están los clavos", Sólo hablaba criolJo, francés reinventan a sí mismas y se sienten inspiradas (una vez
o in g lés, con su familia o con las personas que le cono más), p ero esta vez para llevar a cabo pequeñas accio
cían desde <-1 ue era niño, y yo asociaba la imagen de él nes� pequeñas hazañas, y finalmente grandes actos.,
hablando críollo con manifestaciones de su verdadera grandes hazañas, y cada suceso supone la legidmación
f o rma de ser, así que supe con seguridad que todo de la idea original, del sentimiento original, la fusión
aquel dolür que me estaba ca.usando, asfixiándome en del p ueblo y el lugar. El encuentro entre una persona y
un tonel lleno de clavos, expresaba de verdad sus sen d lu g ar al t]UC p ertenece no es fortuito, es algo que va
timientos. Me dio un último empujón en la caheza y más allá del destino, es algo tan primordial que no hay
luego me soltó rápidamente. Fue a sentarse en la habi palabras para describirlo. Para mi padre el mar, el in
tación que daba al mar, la habitación que no tenía menso y bellísimo mar, a veces una reluciente sábana
nlnguna utilidad concreta, que sólo se usaba en raras azul, a veces una reluciente sábana negra, a veces una
ocasiones; la superficie del mar estaba en caim::i, y mjen-
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