Page 71 - Fahrenheit 451
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cias. En 1 actualidad, gracias a todo ello, uno puede ser amarillos y anaranjados que oscilaban y estallaban al
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feliz contmuamente, se le permite leer historietas ilustra ritmo de una música casi exclusivamente compuesta por
das o periódicos profesionales. baterías, tambores y címbalos. Su boca se movía y estaba
-Sí, pero, ¿qué me dice de los bomberos? diciendo algo, pero el sonido no permitía oírla.
-Ah. -Beatty se inclinó hacia delante entre la débil Beatty vació su pipa en la palma de su mano sonro
neblina producida por su pipa-. ¿Qué es más fácil de sada, examinó la ceniza como si fuese un símbolo que ha
ex licar y más lógico? Como las universidades producían bía que examinar en busca de algún significado.
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mas corredores, saltadores, boxeadores, aviadores y na -Has de comprender que nuestra civilización es tan
dadores, en vez de profesores, críticos, sabios y creado vasta que no podemos permitir que nuestras minorías
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res, la palabra «mtelectual», claro está, se convirtió en el se alteren o exciten. Pregúntate a ti mismo: ¿Qué que
insulto que merecía ser. Siempre se teme a lo descono remos en esta nación, por encima de todo? La gente
cido. Sin duda, te acor�arás del muchacho de tu clase que quiere ser feliz, ¿no es así? ¿No lo has estado oyendo
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era excepcionalmente «mteligente», que recitaba la mayo toda tu vida? «Quiero ser feliz», dice la gente. Bueno,
ría d: las leccion s y daba las espuestas, en tanto que los ¿ no lo son? ¿ No les mantenemos en acción, no les pro
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demas permanec1an como munecos de barro, y le detesta porcionamos diversiones? Eso es para lo único que vi
ban. ¿ Y no era ese muchacho inteligente al que escogían vimos, ¿no? ¿Para el placer y las emociones? Y tendrás
para pegar y atormentar después de las horas de clase? que admitir que nuestra civilización se lo facilita en
Desde luego que sí. Hemos de ser todos iguales. No to abundancia.
dos nacimos libres e iguales, como dice la Constitución -Sí.
sino t dos hechos iguales. Cada hombre, la imagen d� Montag pudo leer en los labios de Mildred lo que ésta
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cualquier otro. Entonces, todos son felices, porque no decía desde el umbral. Trató de no mirar la boca de ella,
pueden establecerse diferencias ni comparaciones desfa porque, entonces, Beatty podía volverse y leer también lo
vorables. ¡Ea! Un libro es un arma cargada en la casa de al que decía.
lado. Quémalo. Quita el proyectil del arma. Domina la -A la gente de color no -le gusta El pequeño Samba.
� ente del hombre. ¿Quién sabe cuál podría ser el obje A quemarlo. La gente blanca se siente incómoda con La
tivo del hombre que leyese mucho? ¿Yo? No los resisti cabaña del tío Tom. A quemarlo. ¿ Alguien escribe un li
ría ni un minuto. Y así, cuando, por último, las casas fue bro sobre el tabaco y el cáncer de pulmón? ¿Los fabri
ron totalmente inmunizadas contra el fuego, en el mundo cantes de cigarrillos se lamentan? A quemar el libro. Se
entero (la otra noche tenías razón en tus conjeturas) ya renidad, Montag. Líbrate de tus tensiones internas.
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no hub necesidad de �omberos para el antiguo trabajo. Mejor aún, lánzalas al incinerador. ¿ Los funerales son
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Se les dio una nueva m1s1ón, como custodios de nuestra tristes y paganos? Eliminémoslos también. Cinco minu
tranquilidad de espíritu, de nuestro pequeño, comprensi tos después de la muerte de una persona, está en camino
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ble y Justo temor de ser inferiores. Censores oficiales hacia la Gran Chimenea, los incineradores son abasteci
jueces y ejecutores. Eso eres tú, Montag. Y eso soy yo.' dos por helicópteros en todo el país. Diez minutos des
La puerta que comunicaba con la sala de estar se abrió pués de la muerte, un hombre es una nube de polvo
y Mildred asomó, miró a los dos hombres, y se fijó en negro. No sutilicemos con recuerdos acerca de los indivi
Beatty y, después, en Montag. A su espalda, las paredes duos. O!vidémoslos. Quemémoslo todo, absolutamente
de la pieza estaban inundadas de resplandores verdes, todo. El fuego es brillante y limpio.
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