Page 21 - Fahrenheit 451
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Él se echó a reír. ¿Una mancha borrosa de color rosado? ¡Es una rosaleda!
-¡Está prohibido por la ley! Las manchas blancas son casas. Las manchas pardas son
-¡Oh! Claro ... vacas. Una vez, mi tío condujo lentamente por una carre
-Es un buen trabajo. El lunes quema a Millay, el tera. Condujo a sesenta y cinco kilómetros por hora y lo
miércoles a Whitman, el viernes a Faulkner, conviértelos encarcelaron por dos días. ¿No es curioso, y triste tam
en ceniza y, luego, quema las cenizas. Éste es nuestro bién?
lema oficial. -Piensas demasiado -dijo Montag, incómodo.
Siguieron caminando y la muchacha preguntó: -Casi nunca veo la televisión mural, ni voy a las
-¿ Es verdad que, hace mucho tiempo, los bomberos carreras o a los parques de atracciones. Así, pues, dis
apagaban incendios, en vez de provocarlos? pongo de muchísimo tiempo para dedicarlo a mis absur
-No. Las casas han sido siempre a prueba de incen dos pensamientos. ¿Ha visto los carteles de sesenta me
dios. Puedes creerme. Te lo digo yo. tros que hay fuera de la ciudad? ¿Sabía que hubo una
-¡Es extraño! Una vez, oí decir que hace muchísimo época en que los carteles sólo tenían seis metros de largo?
tiempo las casas se quemaban por accidente y hacían falta Pero los automóviles empezaron a correr tanto que tu
bomberos para apagar las llamas. vieron que alargar la publicidad, para que durase un poco
Montag se echó a reír. más.
Ella le lanzó una rápida mirada. -¡Lo ignoraba!
-¿ Por qué se ríe? -Apuesto a que sé algo más que usted desconoce.
-No lo sé. -Volvió a reírse y se detuvo-. ¿Por Por las mañanas, la hierba está cubierta de rocío.
qué? De pronto, Montag no pudo recordar si sabía aquello
-Ríe sin que yo haya dicho nada gracioso, y contesta o no, lo que le irritó bastante.
.
inmediatamente. Nunca se detiene a pensar en lo que le -Y si se fija -prosiguió ella, señalando con la barbi
pregunto. lla hacia el cielo-, hay un hombre en la luna.
Montag se detuvo. Hacía mucho tiempo que él no miraba el satélite.
-Eres muy extraña -dijo, mirándola-. ¿Ignoras Recorrieron en silencio el resto del camino. El de ella,
qué es el respeto? pensativo, el de él, irritado e incómodo, acusando el im
-No me proponía ser grosera. Lo que me ocurre es pacto de las miradas inquisitivas de la muchacha. Cuando
que me gusta demasiado observar a la gente. llegaron a la casa de ella, todas sus luces estaban encen-
-Bueno, ¿y esto no significa algo para ti? didas.
Y Montag se tocó el número 451 bordado en su manga. -¿Qué sucede?
-Sí -susurró ella. Aceleró el paso-. ¿ Ha visto al- Montag raras veces había visto tantas luces en una
guna vez los coches retropropulsados que corren por esta casa.
calle? -¡Oh! ¡Son mis padres y mi tío que están sentados,
-¡Estás cambiando de tema! charlando! Es como ir a pie, aunque más extraño aún. A
-A veces, pienso que sus conductores no saben cómo mi tío, le detuvieron una vez por ir a pie. ¿ Se lo había
es la hierba, ni las flores, porque nunca las ven con dete contado ya? ¡Oh! Somos una familia muy extraña.
nimiento -dijo ella-. Si le mostrase a uno de esos chó -Pero, ¿de qué charláis?
feres una borrosa mancha verde, diría: ¡Oh, sí, es hierba! Al oír esta pregunta, la muchacha se echó a reír.
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