Page 106 - Fahrenheit 451
P. 106

Montag se encontró en la puerta del salón, con la boca                                      ·             ·
                                                                                                                      ·
            llena aún de comida.                                                dose, como si el agua  d  e un gigantesco rec1p1e  nte de cris-
                                                                                  'Las tres mujeres se volvieron con lentitud Y  mir � ?? ª
              -¡Todas tenéis un aspecto estupendo!                              tal  con peces histéricos, se escapara.     .
              -Estupendo.                                                                                                     r
              -¡Estás magnífica, Millie!                                        Montag con no disimulada irritación, que  fue convirtien-
              -Magnífica.                                                       dose en desagrado.                          ,
                                                                                  -¿Cuándo creéis  que va a estallar la guerra._ -pre-
              -¡Es extraordinario!                                              guntó él-. Veo que vuestros maridos no han vemdo eStª
              -¡Extraordinario!
              Montag la observó.                                                noche.
                                                                                                                          d"  M  s  ·
              -Paciencia -susurró Faber.                                          -Oh,  vienen  y  van,  vienen  y  van  - 1J º   r
                                                                                                              ,
                                                                                                                             .
                                                                                                                ·
              -No debería de estar aquí -murmuró Montag,  casi                  Phelps-. Una  y otra vez. El Ejército llamó ayer ª Pete .
                                                                                                                    E
                                                                                Estará  de  regreso  1  a  semana prox1ma.  so  ha dicho   1 e
           para sí  mismo-.  Tendría que estar en camino para lle­
           varle el dinero.                                                    E¡·  ército.  Una guerra rápida. Cuarenta y o_cho horas,  Y
                                                                                                            .
                                                                                                        h  d h  l E "'  to  Una gue-
                                                                               todos a casa. Eso es  1  o que  a  1c  o � • ¡erci  ·
             -Mañana habrá tiempo. ¡Cuidado!                                                                     .
                                                                               rra rápida. Pete fue llamado ayer y d1¡eron que eStª11ª
                                                                                                                              .,  de
             -¿  Verdad que ese espectáculo es maravilloso? -pre-
          guntó Mildred.                                                       regreso la semana próxima. Una guerra...    .     1  . as
             -¡Maravilloso!                                                       Las tres mujeres se agitaron y miraron,  nervwsas,
                                                                               vacías paredes.
                                                                                                                                 ·
             En  una  de las paredes,  una mujer sonreía  al mismo                -No estoy preocupada -dijo Mrs.  Phe�ps-.  De¡  0
                                                                               que sea  Pete  quien se  preocupe. -Rió  estndentemen
          tiempo que  bebía zumo  de naranja.  «¿Cómo hará las
          dos  cosas  a  la  vez? »,  pensó  Montag,  absurdamente.            te-. Que sea  el viejo Pete quien cargue con las preocu  :
          En las otras  paredes,  una radiografía de la misma mujer
                                                                               paciones. No yo. Yo no estoy pre? upada.
                                                                                  -Sí -dijo Millie-.  Que el v1e¡o Pete cargue con
          mostraba  el  recorrido  del  re frescante  brebaje  hacia                                           7                l  s ª
          el anhelante estómago. De  repente,  la habitación des­
                                                                               preocupac10nes.
                                                                                  -Dicen que siempre muere el mando de otra.
          pegó  en un  vuelo  raudo hacia las  nubes,  se lanzó en
          picado  sobre  un  mar  verdoso,  donde  peces  azules  se              -También lo he oído  decir.  Nunca he  conocido  ª
          comían otros peces  rojos  y  amarillos.  Un  minuto más              .                     .
                                                                                                                       .
                                                                               nmgun      b                      g uerra  Que se rna-
          tarde, tres muñecos de dibujos animados  se destroza­                    ,  h  om  re que r nunese e'n_ �na   ,
                                                                               tara arrojándose  es      d fic10,  s1, com  o lo hizo  el
                                                                                               d de un  e  1
          ron  mutuamente  los  miembros  con  acompañamiento
                                                                               marido de  Gloria,  la semana pasada.  Pero a causa  e
                                                                                                                             d  1  as
          de grandes  oleadas  de  risa.  Dos minutos más tarde  y
                                                                               guerras, no.
         la  sala abandonó  la ciudad para  ofrecer el espectáculo                                             .  .
                                                                                  -No a causa de las guerras -d1JO Mrs. P  e ps  ·
                                                                                                                        h  l  _  D e
         de unos  autos  a reacción que recorrían velozmente un                                                                  d  a
                                                                               todos modos, Pete y  yo  siempre  hemos  ic   e na
                                                                                                                    d"  h  O  q �
         autódromo  golpeándose  unos  contra  otros  incesante­                                                                 .
                                                                               de lágrimas  ni algo por el estilo. Es  el tercer matnmon  0 1
                                                                                                                                 .
         D:ente.  Montag vio que algunos cuerpos  volaban por  el                                                      d.  t  es  .  Sea-
         aire.                                                                 de cada  uno de nosotros,  y somos ind,epen  1��   .   e
                                                                                                                            ·
                                                                                                           ·
                                                                                                  d  ·
            -¿  Has visto eso, Millie?                                         mos independientes,  ec1mos siempre.  El me  d1¡0 ·  «S1 m
            -¡ Lo he visto, lo he visto!                                       liquidan, tú sigue adelante y no llores. Cásate otra ve z Y
                                                                               no pienses en mí. »
                                                                                                                                 is
            Montag  alargó la mano y dio vuelta  al conmutador
                                                                                 -Ahora  que  recuerdo  -dijo  Mildred-.   �  y- 1ste  '
                                                                                                                                 .
         principal del salón. Las imágenes  fueron empequeñecién-
                                                                               anoche, en la televisión la aventura amorosa de cmco mt-
            rn4
                                                                                                                             105
   101   102   103   104   105   106   107   108   109   110   111