Page 224 - La Casa de Bernarda Alba
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FEDERICO GARCÍA LORCA
AMA (Entrando): -Señora, ayúdeme usted a doblar esta sábana. (Se
ponen a doblarla entre las dos). ¡ Don Martín con su pelito rojo! ¿Por
qué no se casó, hombre de Dios? ¡No estaría tan solo en esta vida!
DoN MARTÍN: -¡No me han querido!
AMA: -Es que ya no hay gusto. ¡Con la manera de hablar tan
preciosa que tiene usted!
TÍA: -¡A ver si lo vas a enamorar!
DoN MARTÍN: -¡Que pruebe!
AMA: -Cuando él explica en la sala baja del colegio, yo voy a la
carbonería para oírlo: "¿Qué es idea?" "La representación intelec
tual de una cosa o un objeto". ¿No es así?
DoN MARTÍN: -¡Mírenla! ¡Mírenla!
AMA: -Ayer decía a voces: "No; ahí hay hipérbaton" y luego ... "el
epinicio" ... A mí me gustaría entender, pero como no entiendo em
dan ganas de reír, y el carbonero, que siempre está leyendo un libro
que se llama Las ruinas de Palmira, me echa unas miradas como si
fueran dos gatos rabiosos, pero aunque me ría, como ignor;nte,
comprendo que don Martín tiene mucho mérito.
DoN MARTÍN: -No se le da hoy mérito a la Retórica y Poética, ni a la
cultura universitaria. (Sale el Ama rápida, con la sábana doblada).
TÍA: -¡Qué le vamos a hacer! Ya nos queda poco tiempo en este
teatro.
DoN MARTÍN: -Y hay que emplearlo en la bondad y en el sacrificio.
(Se oyen voces).
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