Page 19 - Historias de Cronopios y Famas
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El médico termina de examinarnos y nos tranquili­  Instrucciones para entender
 za.  Su voz  grave  y  cordial precede  los  medicamentos   tres pinturas famosas
 cuya  receta  escribe  ahora,  sentado  ante  su  mesa.  De
 cuando en cuando alza la cabeza y sonríe, alentándonos.
 No es de cuidado, en una semana estaremos bien. Nos   El amor sa gr ado y el amor  profano
 arrellanamos en nuestro sillón, felices, y miramos distraí­  por
 damente en torno. De pronto, en la penumbra debajo de   TIZIANO
 la mesa vemos las piernas del médico. Se ha subido los
 pantalones hasta los muslos, y tiene medias de mujer.
            Esta detestable pintura representa un velorio a ori­
        llos delJordán. Pocas veces la torpeza de un pintor pudo
        nludir con más abyección a las esperanzas del mundo en
        un Mesías que brilla por su  ausencia; ausente del cuadro
        qnc  es  el mundo,  brilla  horriblemente  en  el  obsceno
        bostezo  del  sarcófago  de  mármol,  mientras  el  ángel
       encargado de proclamar la resurrección de su carne pati­
        lmlaria espera inobjetable que se cumplan los signos. No
       será necesario explicar que el ángel es la fi ra desnuda,
                                               gu
        prostituyéndose en su gordura maravillosa, y que se ha
       disfrazado de Magdalena, irrisión de irrisiones a la hora
       en que la verdadera Magdalena avanza por el camino
       (donde en cambio  crece la venenosa blasfemia de  dos
       conejos).
            El niño que mete la mano en el sarcófago es Lutero,
       o sea, el Diablo. De la fi gur a vestida se ha dicho que repre­
       sen  ta la Gloria en el momento de anunciar que todas las
       ambiciones  humanas  caben  en  una  jofaina;  pero  está
       mal pintada y mueve a pensar en un artificio de jazmi­
       nes o un relámpago de sémola.






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