Page 24 - Historias de Cronopios y Famas
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Más difícil, más recogido y silencioso es el menes­         con sólo llegar antes a la fuente central. Y nos iremos
          ter de horadar la piedra opaca bajo la cual serpentean las      en un  tren  nocturno  huyendo  de lamias  vengadoras,
          venas  de  mercurio,  entender  a  fuerza  de  paciencia la     oscuramente  felices,  confundidos con soldados y con
          cifra de cada fuente, guardar en noches de luna pene­           rnonJas.
          trante una vigilia enamorada junto a los vasos imperia­
          les, hasta que de tanto susurro verde, de tanto gorgotear
          como de flores, vayan naciendo las direcciones, las con­
          fluencias, las otras calles, las vivas. Y sin dormir seguirlas,
          con varas de avellano en forma de horqueta, de triángu­
          lo, con dos varillas en cada mano, con una sola sosteni­
          da entre los dedos flojos, pero todo esto invisible a los
          carabineros y la población amablemente recelosa, andar
          por el Quirinal, subir al Campidoglio, correr a gritos por
          el Pincio,  aterrar con una  aparición inmóvil  como un
          globo de fuego el orden de la Piazza della Essedra, y
          así extraer de los sordos metales del suelo la nomencla­
          tura de los ríos subterráneos. Y no pedir ayuda a nadie,
          nunca.
              Después se irá viendo cómo en esta mano de már­
          mol desollado las venas vagan armoniosas, por placer de
          aguas, por artificio de juego, hasta poco a poco acercar­
          se,  confluir,  enlazarse,  crecer  a  arterias,  derramarse
          duras  en  la  plaza central  donde  palpita  el  tambor  de
          vidrio líquido, la raíz de copas pálidas, el caballo profun­
          do. Y ya sabremos dónde está, en qué napa de bóvedas
          calcáreas,  entre menudos esqueletos de lémur,  bate su
          tiempo el corazón del agua.
              Costará saberlo,  pero se  sabrá.  Entonces matare­
          mos las hormigas que codician las fuentes, calcinaremos
          las galerías que esos mineros horribles tejen para acercar­
          se a la vida secreta de Roma. Mataremos las hormigas


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