Page 42 - Las Chicas de alambre
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modelos para venderlas mejor. Es una cadena. La heroína está en las pasarelas, y nadie va
               a quitarla de ahí fácilmente. Lo curioso es que esas mismas agencias acusaron en su
               momento a los fotógrafos, los estilistas, los directores de arte y los editores, tanto como a
               los diseñadores, de crear una imagen positiva de la heroína en sus pupilas. ¿Pero
               hablamos sólo de heroína o cocaína? No. La célebre protagonista de Cuatro bodas y un
               funeral,  la actriz Andie MacDowell, reconoció haber tomado primero pastillas para
               adelgazar, y cocaína después para mantenerse delgada. También tenemos el famoso
               Alprazolan, el tranquilizante de moda para las chicas de la pasarela, que ayuda a
               contrarrestar   el   estrés.   Cuando   no   se   puede   comer,   dormir   y   descansar   el   tiempo
               necesario... Pero un par de pastillas de más, ingeridas con alcohol, bastan para matar. ¿Y
               que decir del GHB, tan de moda a mitad de los años noventa? El GHB se utiliza como
               sedante   y   anestésico   en   medicina.   Se   obtiene...   —atención—   de   la   síntesis   de   un
               disolvente utilizado para limpiar circuitos eléctricos. Se convirtió en una droga barata y
               fácil de conseguir, y provoca un estado de euforia. Pero ya en 1993 el actor River
               Phoenix murió a causa de una sobredosis de GHB. Es sólo un detalle.

               »Muchas modelos, con unos kilos de más, perderían su estatus —el mismo contrato de
               Miss  Universo estipula que si la ganadora del certamen engorda un 5% de su peso
               durante el año de reinado, perderá la corona—. Y no hay cuerpo que en la adolescencia
               no sufra cambios, ni cuerpo que en diez años no experimente una mutación, un ligero
               aumento de formas... que en el caso de una modelo puede llevarla al paro. Todas piensan:
               "Ya me recuperaré cuando lo deje", sabiendo que es una carrera corta de diez años. Pero
               luego es imposible dejarlo. Y el daño no se lo hacen sólo a sí mismas, sino a los millones
               de chicas que quieren ser como ellas. Con diez y hasta con nueve años de edad, un 12%
               de las niñas ha iniciado ya algún tipo de dieta. Tres de cada cuatro jóvenes de entre
               catorce   y   veinticuatro   años   de   edad   han   seguido   algún   régimen.   Muchas   de   esas
               preocupadas chicas acaban en brazos de la bulimia o la anorexia, que les deja huellas
               irreversibles, cuando no las conduce a la muerte.
               »¿Por qué lo delgado vende hoy en día? La respuesta a esta pregunta debemos hallarla
               en...»
               —Señores pasajeros, dentro de unos minutos... Estábamos en París.



                                                           XIII



               Vicente Molins, el padre de Vania, estaba en una silla de ruedas a sus setenta y cinco
               años. Frederick Dejonet, el hombre que llevó a Cyrille a París, tenía ochenta y, por
               contra, hubiera parecido fácilmente rondar tan sólo los sesenta.
               Alto, con glamour, clase, elegancia, me recibió en el jardín de su villa, a las afueras de
               París, en dirección al Charles de Gaulle. La primavera en París dicen que es más
               primavera. No estoy de acuerdo, pero reconozco que el día era muy agradable, y que
               vivir como vivía el señor Dejonet ayudaba. De lejos vi a un par de mujeres, treintañeras,
               pero   no   quise   pensar   mal.   Frederick   Dejonet   había   sido  playboy  y   aventurero,
               «profesiones» que no estaba seguro de si seguían siendo válidas a su edad, aunque visto
               su buen aspecto...
               Lo sorprendente fue que me recibiera sin más, con sólo darle mi tarjeta al mayordomo, o
               lo que fuera, que me abrió la puerta. Luego pensé que, para mucha gente, estar en el
               escaparate durante años y dejar de estar debía de ser duro. Si es que él ya no estaba.


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