Page 71 - De Victoria para Alejandro
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 sacerdotes, luego los ancianos y después todos los   compañía de las mujeres, porque la mujer es egoís­
 demás según la categoría de cada uno.  Nadie ha­  ta,  celosa,  hábil para enredar en sus  trampas las
 blará  mientras  lo  esté  haciendo  otro.  Cada  uno   costumbres del hombre y para seducirlo con sorti­
 podrá hablar de acuerdo con su rango. Los interro­  legios incesantes. Afirman su voluntad de vivir en
 gados responderán por turno. Si alguien tiene algo   la verdad. Esperan el juicio de la Comunidad.
 que  decir  se  pondrá  en pie  y  aguardará  a  tener   -Que se acerquen.
 permiso  para hablar.  Los visitantes guardarán si­  Ocho  muchachos  vestidos  de  blanco  se
 lencio. Queda abierta nuestra asamblea.   adelantaron al centro de la sala. A Victoria le costó
 Tomó asiento y de entre los sentados en la   trabajo distinguir a su primo. Iguales en el vestido,
 plataforma se levantó otro hombre. Era de media­  en el porte, en la postura, todos resultaban asom­
 na  edad,  delgado,  y tenía cabello entrecano muy   brosamente parecidos.
 corto. Se dirigió al borde de la plataforma y dijo:   El presidente dijo:
 -Tengo algo que decir a la asamblea.  -Hablad.
 El presidente asintió:  Contestaron a coro:
 -Habla, prefecto.  -Hemos sido malos, nos hemos rebelado;
 -Hay aquí unos hombres que quieren en-  hemos  pecado,  hemos  sido  impíos,  nosotros  y
 trar en la alianza de Dios y separarse de todos los   nuestros padres antes de nosotros, puesto que he­
 hombres de iniquidad.  Desean convertirse a la ley   mos obrado contra los preceptos de la verdad.  Y
 de  Moisés,  según lo  que él  prescribió y según lo   justo  es  Dios  que  ha  cumplido  su  juicio  contra
 que se reveló a los hijos de Sadoc, los sacerdotes,   nosotros y contra nuestros padres. Pero ejerce con
 guardianes  de  la  alianza  y  a  la  asamblea  de  los   nosotros  su  misericordia,  desde  siempre  y  para
 hombres de la alianza. Han sido probados durante   siempre.
 dos  años,  su  espíritu  es  bueno  y  están libres  de   El prefecto preguntó:
 cualquier impureza que les impida ocupar su pues­  -¿Queréis  agregaros  a  los  que  Dios  ha
 to en la asamblea. No hay entre ellos ningún para­  escogido, ha reunido en su asamblea como un re­
 lítico de pies o de manos,  ningún cojo o ciego, o   nuevo de Israel para los tiempos que han de venir?
 mudo o enfermo. Han entregado la relación de sus   -Sí queremos.
 bienes y el fruto de su trabajo al intendente de las   -Que se efectúe la votación.
 rentas de la Comunidad. Quieren guardar pureza   Dos  monjes  recorrieron  las  hileras  de
 constante durante toda su vida. Prescindirán de la   hombres sentados recogiendo los votos. El silencio
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