Page 70 - De Victoria para Alejandro
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             sacerdotes, luego los ancianos y después todos los             compañía de las mujeres, porque la mujer es egoís­
             demás según la categoría de cada uno.  Nadie ha­               ta,  celosa,  hábil para enredar en sus  trampas las
             blará  mientras  lo  esté  haciendo  otro.  Cada  uno          costumbres del hombre y para seducirlo con sorti­
             podrá hablar de acuerdo con su rango. Los interro­             legios incesantes. Afirman su voluntad de vivir en
             gados responderán por turno. Si alguien tiene algo             la verdad. Esperan el juicio de la Comunidad.
             que  decir  se  pondrá  en pie  y  aguardará  a  tener                  -Que se acerquen.
             permiso  para hablar.  Los visitantes guardarán si­                     Ocho  muchachos  vestidos  de  blanco  se
            lencio. Queda abierta nuestra asamblea.                         adelantaron al centro de la sala. A Victoria le costó
                     Tomó asiento y de entre los sentados en la             trabajo distinguir a su primo. Iguales en el vestido,
            plataforma se levantó otro hombre. Era de media­                en el porte, en la postura, todos resultaban asom­
            na  edad,  delgado,  y tenía cabello entrecano muy              brosamente parecidos.
            corto. Se dirigió al borde de la plataforma y dijo:                      El presidente dijo:
                     -Tengo algo que decir a la asamblea.                            -Hablad.
                     El presidente asintió:                                          Contestaron a coro:
                     -Habla, prefecto.                                               -Hemos sido malos, nos hemos rebelado;
                     -Hay aquí unos hombres que quieren en-                  hemos  pecado,  hemos  sido  impíos,  nosotros  y
            trar en la alianza de Dios y separarse de todos los              nuestros padres antes de nosotros, puesto que he­
            hombres de iniquidad.  Desean convertirse a la ley               mos obrado contra los preceptos de la verdad.  Y
            de  Moisés,  según lo  que él  prescribió y según lo             justo  es  Dios  que  ha  cumplido  su  juicio  contra
            que se reveló a los hijos de Sadoc, los sacerdotes,              nosotros y contra nuestros padres. Pero ejerce con
            guardianes  de  la  alianza  y  a  la  asamblea  de  los         nosotros  su  misericordia,  desde  siempre  y  para
            hombres de la alianza. Han sido probados durante                 siempre.
            dos  años,  su  espíritu  es  bueno  y  están libres  de                 El prefecto preguntó:
            cualquier impureza que les impida ocupar su pues­                        -¿Queréis  agregaros  a  los  que  Dios  ha
            to en la asamblea. No hay entre ellos ningún para­               escogido, ha reunido en su asamblea como un re­
            lítico de pies o de manos,  ningún cojo o ciego, o               nuevo de Israel para los tiempos que han de venir?
            mudo o enfermo. Han entregado la relación de sus                          -Sí queremos.
            bienes y el fruto de su trabajo al intendente de las                      -Que se efectúe la votación.
            rentas de la Comunidad. Quieren guardar pureza                            Dos  monjes  recorrieron  las  hileras  de
            constante durante toda su vida. Prescindirán de la               hombres sentados recogiendo los votos. El silencio
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