Page 24 - De Victoria para Alejandro
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 tú heredes y mi padre lo sabía. Tal vez por eso hizo   Se envolvió en su manto, volvió a inclinar­
 testamento  en  Roma,  acogiéndose al derecho ro­  se y se dirigió hacia la puerta.
 mano.  Para cumplir la voluntad de  mi padre,  he   -La paz contigo, tío José.
 preparado  algunos  documentos  que  harán  falta.
 Tienes que firmar aquí.
 Victoria  fijó  la  vista  en  los  pergaminos.
 -¿Me puedo sentar, tío José?
 El hombre fue a decir algo; luego, con un  En el mar, rumbo a Cesárea,
 gesto de la mano, señaló un taburete.   día primero de las calendas de abril
 Victoria  se quitó el  manto que llevaba y
 arrimó el asiento a la mesa. Sus movimientos des­  De Victoria a Alejandro en casa de Pompilio.
 prendían serenidad. Luego alargó la mano al rollo   Salud
 de documentos.
 -¿ Qué vas a hacer?  Querido mío:  Todos los días te recuerdo y
 -Leer los documentos.  ruego  al  Señor que bendiga  nuestro amor.  Espero
 -Te he  dicho  que tienes que firmar. No  que tu salud sea buena cuando esta carta te llegue.
 que leas. Eres una insolente, niña.   Hemos salido de Rodas y si el tiempo sigue así y si
 -Pero tío José ...  continúa  sin  tormentas,  alcanzaremos  muy  pronto
 La ira comenzaba a aparecer en los ojos  Cesárea.  Ayer,  el tío José quiso  que firmase  unos
 del hombre.   documentos sobre la herencia del abuelo sin haberlos
 -Sabes escribir,  luego sabes firmar. ¡Fir­  leído  antes.  Su  menosprecio  de  las  mujeres  llega
 ma y sella con tu sello esto y no pongas obstáculos!   hasta encontrar natural su imposición; como no olvi­
 Ella pareció enco_gerse ante la violencia de   do que estoy bajo su tutela mientras dure este viaje,
 su tío. De pronto se inclinó al tiempo que se levan­  me  disculpé  con  mi  ignorancia  y  le  dije  que  los
 taba del asiento.   administradores  de  mi  padre  firmarían  lo  que
 -Perdóname, tío José, pero yo no entien­  fuese.
 do  de  esas  cosas.  Será  mejor  esperar  a  que  los   Creo que se sorprendió, pero, en ocasiones,
 administradores  de  mi  padre  en  Jerusalén  vean   me es difícil creer que es justo en su relación conmi­
 esos documentos y firmen en mi nombre, con los   go.  No entiendo qué documentos tendría yo que fir­
 poderes que mi padre les ha enviado.   mar,  si estoy bajo la potestad de mi padre* y todo
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