Page 23 - De Victoria para Alejandro
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           tú heredes y mi padre lo sabía. Tal vez por eso hizo                        Se envolvió en su manto, volvió a inclinar­
           testamento  en  Roma,  acogiéndose al derecho ro­                  se y se dirigió hacia la puerta.
           mano.  Para cumplir la voluntad de  mi padre,  he                           -La paz contigo, tío José.
           preparado  algunos  documentos  que  harán  falta.
           Tienes que firmar aquí.
                   Victoria  fijó  la  vista  en  los  pergaminos.
                   -¿Me puedo sentar, tío José?
                   El hombre fue a decir algo; luego, con un                             En el mar, rumbo a Cesárea,
           gesto de la mano, señaló un taburete.                                      día primero de las calendas de abril
                   Victoria  se quitó el  manto que llevaba y
           arrimó el asiento a la mesa. Sus movimientos des­                     De Victoria a Alejandro en casa de Pompilio.
           prendían serenidad. Luego alargó la mano al rollo                                         Salud
           de documentos.
                   -¿ Qué vas a hacer?                                                 Querido mío:  Todos los días te recuerdo y
                   -Leer los documentos.                                       ruego  al  Señor que bendiga  nuestro amor.  Espero
                   -Te he  dicho  que tienes que firmar. No                    que tu salud sea buena cuando esta carta te llegue.
           que leas. Eres una insolente, niña.                                 Hemos salido de Rodas y si el tiempo sigue así y si
                   -Pero tío José ...                                          continúa  sin  tormentas,  alcanzaremos  muy  pronto
                   La ira comenzaba a aparecer en los ojos                     Cesárea.  Ayer,  el tío José quiso  que firmase  unos
           del hombre.                                                         documentos sobre la herencia del abuelo sin haberlos
                   -Sabes escribir,  luego sabes firmar. ¡Fir­                 leído  antes.  Su  menosprecio  de  las  mujeres  llega
           ma y sella con tu sello esto y no pongas obstáculos!                hasta encontrar natural su imposición; como no olvi­
                   Ella pareció enco_gerse ante la violencia de                do que estoy bajo su tutela mientras dure este viaje,
           su tío. De pronto se inclinó al tiempo que se levan­                me  disculpé  con  mi  ignorancia  y  le  dije  que  los
           taba del asiento.                                                   administradores  de  mi  padre  firmarían  lo  que
                   -Perdóname, tío José, pero yo no entien­                   fuese.
           do  de  esas  cosas.  Será  mejor  esperar  a  que  los                     Creo que se sorprendió, pero, en ocasiones,
           administradores  de  mi  padre  en  Jerusalén  vean                 me es difícil creer que es justo en su relación conmi­
           esos documentos y firmen en mi nombre, con los                      go.  No entiendo qué documentos tendría yo que fir­
           poderes que mi padre les ha enviado.                                mar,  si estoy bajo la potestad de mi padre* y todo
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