Page 14 - Cuentos de Amor locura y Muerte
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La criatura, que no apartaba sus ojos rientes de Nébel, le           -¡Bah! Como gustarme, puedes, en efecto, ahorrarte
          dijo ¡sí! en pleno rostro, puesto que a él debía su respuesta.        el trabajo  ... Pero quisiera saber en qué estado estás. ¿  Vas a
               -Muy bien; entonces hasta el lunes, Nébel.                       esa casa como novio?
              Nébel objetó:                                                         -Sí.
               -¿No me permitiría venir esta noche? Hoy es un día                   -¿Y te reciben formalmente?
          extraordinario  ...                                                       -Creo que sí...
              -¡Bueno! ¡Esta noche también! Acompáñalo, Lidia.                      El padre lo miró con fijeza y tamborileó sobre la mesa.
                                                                                                                            _
              Pero Nébel, en loca necesidad de movimiento, se despi­                -¡Está bueno! ¡  Muy bien!.  .. Óyeme, porque tengo el
          dió allí mismo y huyó con su ramo, cuyo cabo había deshecho           deber de mostrarte el camino. ¿Sabes tú bien lo que haces?
         casi, y con el alma proyectada al último cielo de la felicidad.        ¿Has pensado en lo que puede pasar?
              Durante dos meses, en todos  los  momentos  en que se                 -¿Pasar?  ...  ¿Qué?
         veían, en todas las horas que los separaban, Nébel y Lidia se              -Que te cases con esa muchacha. Pero fíjate: ya tienes
         adoraron. Para él, romántico hasta sentir el estado de dolorosa        edad  para  reflexionar,  al  menos. ¿Sabes  quién  es? ¿De
         melancolía que provoca una simple garúa que agrisa el patio, la        dónde viene? ¿Conoces a alguien que sepa qué vida lleva
         criatura aquella, con  su cara angelical,  sus ojos azules  y su       en Montevideo?
         temprana plenitud, debía encarnar la  suma posible de ideal.  Para         -¡Papá!
         ella, Nébel era varonil, buenmozo e inteligente. No había en su            -¡Sí, qué hacen allá! ¡Bah! No pongas esa cara  ... No
         mutuo amor más nube que la minoría de edad de  Nébel. El               me refiero a tu ... novia. Esa es una criatura, y como tal no
         muchacho,  dejando  de  lado  estudios,  carreras  y  demás            sabe lo que hace. ¿Pero sabes de qué viven?
         suplerfluidades, quería casarse. Como probado, no había sino               -¡No! Ni me importa, porque aunque seas mi padre  ...
         dos cosas: que  a él le era absolutamente imposible  vivir sin Lidia       -¡Bah, bah, bah! Deja eso para después. No te hablo
         y que llevaría por delante cuanto se opusiese a ello. Presentía        como padre, sino que como cualquier hombre honrado pudiera
         -o más bien dicho sentía- que iba a escollar rudamente.                hablarte. Y puesto que te indigna tanto lo que te pregunto,
              Su padre, en efecto, a quien había disgustado mucho el            averigua, a quien quiera contarte, qué clase de relaciones tiene
         año  que  perdía  Nébel  tras  un  amorío  de  carnaval,  debía        la madre de tu novia con su cuñado. ¡Pregunta!
         apuntar las íes con terrible vigor. A fines de agosto habló un             -¡Sí! Ya sé que ha sido  ...
         día definitivamente a su hijo:                                             -¡Ah, ¿sabes que ha sido la querida de Arrizabalaga?
              -Me  han  dichQ  que  sigues  tus  visitas  a  lo  de             ¿  Y que él u  otro  sostiene la casa en Montevideo? ¡  Y  te
         Arrizabalaga. ¿Es cierto? Porque tú no te dignas decirme una           quedas tan fresco!
         palabra.                                                                   -,  .... 1
                                                                                      •
              Nébel vio toda la tormenta en esa forma de dignidad y la              -¡Sí, ya sé! ¡Tu novia no tiene nada que ver con esto,
         voz le tembló un poco al contestar:                                    ya sé! No hay impulso más bello que el tuyo  ... Pero anda con
              -Si no te dije nada, papá, es porque sé que no te gusta           cuidado, porque puedes llegar tarde  ...  ¡No, no, cálmate! No  tengo
         que te hable de eso.                                                   ninguna  idea  de ofender  a tu  novia,  y  creo,  como te  he


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