Page 243 - Narraciones extraordinarias
P. 243
Tenemos una tarea que cumplir sin demora, lo más idea: ¿ Qué sensaciones tendríamos en una veloz caída des
rápido posible. Ardemos en deseos ansiosos por llevar a de semejante altura?
cabo esa labor; saboreamos con anticipación el resultado Y como esta caída recrea en nuestra mente las imáge-
y con esto se inflama nuestro espíritu. Es necesario co nes más espantosas de la muerte y el sufrimiento, la desea
menzar hoy la tarea, y sin embrago la dejamos para maña mos con mayor intensidad. Y es porque nuestra razón nos
na, ¿por qué? No hay más respuesta que la de saber que aleja con fuerza de la orilla, que nos acercamos y mante
aquello es perverso. Al día siguiente volvemos a arder en nemos en ella con mayor pasión. En la naturaleza no en
deseos, mas, al mismo tiempo llega un anónimo anhelo de contraremos impaciencia más demoníaca que la del hom
retardar otra vez; anhelo terrible pues es incomprensible bre, que estremecido frente al precipicio, piensa saltar a
para nuestra naturaleza. Sin embargo, este deseo cobra él. Permitirse pensar -aunque sea un minuto- en ello, sig
fuerzas a medida que avanza el tiempo, y ya nos encontra nifica la perdición; pues la reflexión nos obliga a no ha
mos a un paso de su realización. Nos estremece nuestro cerlo y por esto, no nos es posible hacerlo. Si no hay junto
violento conflicto interior entre lo positivo y lo indefinido, a nosotros un brazo amigo que nos detenga, o somos inca
entre la sombra y la sustancia. Pero si la lucha llega a tal paces de alejarnos, nos arrojamos, nos aniquilarnos en el
punto, ha sido en vano pues se ha impuesto la sombra. abismo.
Suena el reloj y anuncia la agonía de nuestra felicidad, y, Si examinamos con detención estos y otros actos, ve-
al mismo tiempo, desvela a la sombra que nos había ate remos que sólo derivan del espíritu de la perversidad. Las
morizado, la cual huye y somos libres. Retorna nuestra realizarnos porque sentirnos que no deberíamos hacerlas.
energía y estamos listos para trabajar, pero ¡ay!, es dema En ningún caso existe una explicación inteligible, Y po
siado tarde. dríamos pensar que esta perversidad nos viene directamente
Nos encontramos al borde de un precipicio, sentimos del demonio, si no recordarnos que hay veces en que se
el vértigo y el malestar del abismo. Un impulso nos-l)eva a actúa en colaboración con el bien.
retroceder ante el peligro, sin embargo, nos quedamos)Poco Si he hablado tanto no es sólo para responderles su
a poco nuestro malestar se confunde en una nube de inde pregunta, sino que también para explicar porque me en
finibles sentimientos. Esta nube va tomando forma, horri cuentro aquí, encadenado. De no ser por los detalles que
ble y espantosa forma. Aunque es sólo un pensamiento, es les he relatado, me considerarían un loco. Ahora, en cam
� n pensamiento aterrador, que hiela nuestros huesos y les bio, entenderán que soy una de las víctimas del demonio
impregna un delicioso horror. En pocas palabras, es esta de la perversidad.
240 241