Page 169 - Narraciones extraordinarias
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SILENCIO
Las cumbres de la montaña dormitan;
Los valles, los peñascos y las cuevas están en silencio.
Aloman
"Escúchame", dijo el demonio, mientras apoyaba su mano
sobre mi cabeza. "La región de la que hablo es una lúgu
bre región de Libia, ubicada a orillas del río Zaire. Allí no
existe ni calma ni silencio.
"Las aguas del río son de un tinte azafranado y enfer
mizo; y no con-en hacia el mar, sino que se agitan eterna
mente, bajo la roja pupila del sol, en un movimiento tu
multuoso y convulsivo. A lo largo de muchas millas, en
ambos lados del fangoso lecho del río, se extiende un páli
do desierto de gigantescos nenúfares. Suspiran entre sí en
esa soledad, y dirigen hacia el cielo sus largos y fantasmales
cuellos, inclinando a un lado y otro sus perennes cabezas.
De ellos sale un rumor confuso que parece un t01rente de
aguas subterráneas.
''Pero este reino tiene un límite, el límite de la oscura,
densa y horrible selva. Allí, al igual que las olas de las
islas Hébridas, la maleza se agita incesantemente. Sin
embargo, ningún viento cruza el cielo. Los enormes árbo-
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