Page 165 - Narraciones extraordinarias
P. 165

del enigma!   Después de este descubrimiento, consideré con plena
             f
 El  "buen  vidrio" no podía referirse más  que a  un   ·onianza el  enigma  resuelto,  pues  la frase  "principal
 catalejo, pues los marineros de todo el mundo rara vez   tronco, séptima rama, lado Este" no podía referirse más
 emplean la palabra "vidrio" en otro sentido.  Comprendí   que a la posición de la calavera sobre el árbol, mientras lo
 enseguida que debía utilizarse un catalejo desde un punto   de "soltar desde el ojo izquierdo de la cabeza de muerto"
 de vista determinado que no admitía variación. No dudé   110  admitía  tampoco  más  que  una  interpretación con
 un instante en pensar que las frases "cuarenta y un grados   respecto a la busca de un tesoro enterrado. Comprendí que
 y trece  minutos" y  "Nordeste cuarto de Norte"  debían   se Lrataba de dejar caer una bala desde el ojo izquierdo, y
 indicar la dirección en que éste debía apuntarse. Sumamente   que una línea recta (línea de  abeja), partiendo del punto
 excitado  por  aquellos  d e s c u b rimientos,  marché   1nús cercano al tronco por "la bala" (o por el punto donde
 rápidamente a mi casa, cogí un catalejo y volví a la roca.   rayese la bala), y extendiéndose desde allí a una distancia
 Me  dejé  caer  por la  saliente  y  descubrí  que  era   d, cincuenta pies, indicaría el sitio preciso, y debajo de
 imposible permanecer sentado allí, salvo en una posición   l'Stc sitio juzgué que era, por lo menos, posible que hubiese
 muy particular. Este hecho confirmó mi preconcebida idea.   llll  valioso entierro.
 Me  dispuse  a  utilizar  el  catalejo.  Naturalmente,  los   -Todo eso -dije-es harto claro, y asimismo ingenioso,
 "cuarenta y un grados y trece minutos" podían aludir sólo   ',rncillo y explícito. Y cuando abandonó usted el Hostal
 a la elevación por encima del horizonte visible, puesto que,   ,k·I Obispo, ¿qué hizo?
 la dirección horizontal estaba indicada con claridad por   -Pues, una vez en que hube anotado escrupulosamente
 las palabras "Nordeste  cuarto de Norte". Establecí esta   l:1 orientación del árbol, me volví a casa. Sin embargo en
 última  dirección  por  medio de  una brújula  de bolsillo;   I' 1  momento de abandonar "la silla del diablo", el orificio
 luego, apuntando el catalejo con tanta exactitud como pude   1 1rcular desapareció, y de cualquier lado que mirase era
 con un ángulo de cuarenta  y un  grados de elevación, lo   1111posible divisarlo. Lo que me parece el colmo del ingenio
 moví con cuidado de arriba abajo,  hasta  que detuvo mi   1·11 este asunto es el hecho (pues, al repetir la experiencia,
 atención una  grieta circular u orificio en  el  follaje de  un   111c he convencido de que es un hecho) de que la abertura
 gran árbol que sobresalía de todos los demás. En el centro   1 11 ·u lar sólo resulta visible desde la estrecha cornisa sobre
 de aquel orificio divisé un punto blanco; sin distinguir al   l.1 superficie de la roca.
 principio lo que era, hasta que, luego de graduar el foco,   En esta expedición al Hostal del Obispo fui seguido
 comprobé que era una calavera.   ¡u1r Júpiter, quien observaba, sin duda, desde hacía unas

 162                                163
   160   161   162   163   164   165   166   167   168   169   170