Page 254 - Hamlet
P. 254
HORACIO.- Temo que habéis de perder, señor.
HAMLET.- No, yo pienso que no. Desde que él partió para Francia, no he cesado de
ejercitarme, y creo que le llevaré ventaja... Pero... No podrás imaginarte que angustia
siento, aquí en el corazón. Y ¿sobre qué?.. No hay motivo.
HORACIO.- Con todo eso, señor...
HAMLET.- ¡Ilusiones vanas! Especie de presentimientos, capaces sólo de turbar un
alma femenil.
HORACIO.- Si sentís interiormente alguna repugnancia, no hay para que empeñaros.
Yo me adelantaré a encontrarlos, y les diré que estáis indispuesto.
HAMLET.- No, no... Me burlo yo de tales presagios. Hasta en la muerte de un pajarillo
interviene una providencia irresistible. Si mi hora es llegada, no hay que esperarla, si no ha
de venir ya, señal que es ahora, y si ahora no fuese, habrá de ser después: todo consiste en
hallarse prevenido para cuando venga. Si el hombre, al terminar su vida, ignora siempre lo
que podría ocurrir después, ¿qué importa que la pierda tarde o presto? Sepa morir.
Escena IX
HAMLET, HORACIO, CLAUDIO, GERTRUDIS, LAERTES, ENRIQUE, Caballeros,
Damas y acompañamiento.
CLAUDIO.- Ven, Hamlet, ven, y recibe esta mano que te presento.
HAMLET.- Laertes, si estáis ofendido de mí, os pido perdón. Perdonadme como
caballero. Cuantos se hallan presentes saben, y aun vos mismo lo habréis oído, el desorden
que mi razón padece. Cuanto haya hecho insultando la ternura de vuestro corazón, vuestra
nobleza, o vuestro honor, cualquiera acción en fin, capaz de irritaros; declaro
solemnemente en este lugar que ha sido efecto de mi locura. ¿Puede Hamlet haber ofendido