Page 252 - Hamlet
P. 252
ENRIQUE.- El Rey ha apostado que si batalláis con Laertes, en doce jugadas no pasarán
de tres botonazos los que él os dé, y él dice, que en las mismas doce, os dará nueve cuando
menos, y desea que esto se juzgue inmediatamente: si os dignáis de responder.
HAMLET.- ¿Y si respondo que no?
ENRIQUE.- Quiero decir, si admitís el partido que os propone.
HAMLET.- Pues, señor, yo tengo que pasearme todavía en esta sala, porque si su
Majestad no lo ha por enojo, esta es la hora crítica en que yo acostumbro respirar el
ambiente. Tráiganse aquí los floretes, y si ese caballero lo quiere así, y el Rey se mantiene
en lo dicho, le haré ganar la apuesta, si puedo; y si no puedo, lo que yo ganaré será
vergüenza y golpes.
ENRIQUE.- ¿Con qué lo diré en esos términos?
HAMLET.- Esta es la substancia; después lo podéis adornar con todas las flores de
vuestro ingenio.
ENRIQUE.- Señor, recomiendo nuevamente mis respetos a vuestra grandeza.
HAMLET.- Siempre vuestro, siempre.
Escena VI
HAMLET, HORACIO
HAMLET.- Él hace muy bien de recomendarse a sí mismo, porque si no, dudo mucho
que nadie lo hiciese por él.
HORACIO.- Este me parece un vencejo, que empezó a volar y chillar, con el cascarón
pegado a las plumas.
HAMLET.- Sí, y aun antes de mamar hacía ya cumplimientos a la teta. Este es uno de
los muchos que en nuestra corrompida edad son estimados, únicamente porque saben
acomodarse al gusto del día, con esa exterioridad halagüeña y obsequiosa. Y con ella tal