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y  clamores  de  batalla  que  provenían  del  mar.  Pocos  lugareños  se  animaban  a
                  internarse  en  aquellas  aguas,  ya  que  las  ánimas  trataban  de  ahogar  a  los
                  nadadores  y  de hundir los barcos.  Subían entre las olas de pronto, durante las
                  noches, cuando más oscuras, mejor.
                         También  era  durante  esas  noches  cuando  podían  verse  fuegos
                  fantasmagóricos, no sólo a lo largo de la costa sino —también— sobre el oleaje.
                  "Fuegos de los demonios", les decían los campesinos.
                         Nadie sabía qué hacer para que las torturadas almas de los Taira hallaran
                  la paz.


                      3) DONDE SE CUENTA POR QUÉ SE CONSTRUYÓ EL TEMPLO DE
                                                       AMIDAYI

                         Un  día,  la  gente  del  lugar  empezó  a  pensar  en  que  —acaso—  si  se
                  construía  un  templo  donde  desarrollar  servicios  religiosos  especialmente
                  dedicados a rezar por el alma de los Taira, estas almas podrían encontrar la paz.
                         Pero el templo debía de ser erigido muy cerca de la zona a donde aquellos
                  hechos trágicos habían ocurrido. De lo contrario —opinaban— no tendría ningún
                  efecto sobre los enfurecidos espíritus.
                         Así  fue  como  se  eligió  Akamagaseki  como  sitio  ideal  para  edificar  el
                  templo,  el  que  pudo  construirse  gracias  a  las  donaciones  de  casi  toda  la
                  comunidad local.
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                         El templo era budista  y se lo llamó Amidayi, del mismo modo que las
                  iglesias y otros lugares de congregación de fieles creyentes de distintas religiones
                  también llevan —cada cual— su propio nombre.
                         Junto al templo —y también cerca de la playa— se instaló un cementerio
                  consagrado  a  la  memoria  de  los  Taira.  Allí  se  ubicaron  tumbas,  lápidas  y
                  monumentos  donde  podían  leerse  todos  los  nombres  de  aquellos  desdichados:
                  desde el del pequeño principito ahogado, hasta el del último de sus vasallos que
                  había corrido el mismo fin.
                         Ya tenían —entonces— un lugar donde pedir por el descanso de sus almas
                  y  así  lo  hacían  los  lugareños  —regularmente—  mediante  sentidos  servicios
                  religiosos. Dicen que —a partir de la construcción del templo y del cementerio—
                  los espíritus de los Taira parecieron hallar un poco de serenidad.
                         Apenas  un  poco,  porque  lo  cierto  era  que  —de  tanto  en  tanto—
                  reaparecían para perturbar a los vivos. Eso demostraba —a las claras— que no
                  habían alcanzado totalmente la paz.


                      4) DONDE SE CUENTA LA PRIMERA PARTE DE LA HISTORIA DE
                                            JOICHI, EL ARTISTA CIEGO.

                         Muchísimo tiempo después de los hechos que hasta aquí se han narrado,
                  nació en Akamagaseki un niño ciego al que llamaron Joichi.

                  2  Budista: perteneciente al Budismo, religión y doctrina fundada por Buda.


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