Page 79 - Romeo y Julieta
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 WILUAM SHAKESPEARE               RO!!EO Y  J ULll::TA
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 Mercucio: Que te despediste a la francesa, amigo. Desapa­  Romeo: No, porque sólo me sigues cuando estás loco.
 reciste. ¿Me entiendes?   Mercucio: La pavada que has dicho merece que te picotee
 Romeo: Perdóname, Mercucio. Pero lo que tenía que hacer   una oreja.
 no admitía espera. Y menos reglas de cortesía.   Romeo: Oh, pavo mío: no me picotees.
 Mercucio: Es como decir que lo que tenías que hacer era   Mercucio: Qué amargo y dulce ingenio; qué condimento
 caer por tierra.   tan picanee.
 Romeo: Que significaría algo así como "hincar una rodilla   Romeo: ¿No quedaría más sabroso el pavo con él?
 en tierra".   Mercucio:  Cómo fuerzas el ingenio;  como el pavo que

 Mercucio: Lo has dicho muy cortésmente.   esponja el abanico de su cola.
 Romeo: Siempre soy muy cortés.   Romeo: Lo hago para que puedas pavonearte con él como
 Mercucio:  Pero no tanto como yo, que soy la flor de la   el pavo.
 cortesía.   Mercucio: ¡Bravo! Esto te va mejor que andar lamentándote
 Romeo: ¿No dices: la flor y nata ... ?   por tu amada. Ahora te reconozco: eres Romeo, el que siem­
 Mercucio: No. La nata la dejo para ti.   pre fuiste por tu estirpe. Ibas de un lado a otro, quejándote

 Romeo: Flores puedo darte, pero nata, no.   sin rumbo, por culpa de ese amor ciego.
 Mercucio: ¡Bravo! Continuemos este duelo hasta que se   Benvolio: ¡Basta! ¡Basta!
 marchiten. Sin flores frescas, no podremos continuarlo.   Mercucio: ¿No quieres que continúe ... ?
 Romeo: ¡Ay, duelo interrumpido! ¡Continuación sin con­  Benvolio: No, porque no terminarás nunca ...
 tinuación!   Mercucio: Te equivocas. Estaba por terminarlo porque ya
 Mercucio: Benvolio, intervén. Se acaba mi ingenio.   llegaba a su fin.

 Romeo: Avívalo. O date por vencido.   Romeo: ¡Vela a la vista!
 Mercucio: ¡Cuidado! Si se extravían tus sentidos, no puedo   (Entran Pedro y la Nodriza}.
 continuar, porque cada uno de los tuyos es más loco que los   Mercucio: ¡Una vela a la vista!
 cinco míos. ¿Acaso te seguí en la última locura que hiciste?   Benvolio: ¡Son dos: una saya y un sayal!



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