Page 74 - Romeo y Julieta
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ROMEO Y JULll:TA
                             WILLIAM Slli\KESPL;i\RE                                       .........  ······· ....   .. ........ •·  ······• . ... .


               Romeo: ¿Con Rosalía, padre? Ya olvidé ese nombre y mi           oídos aún resuenan tus quejas! Si todavía guardan tus
                                                                                                                                    �
                                                                                                                           ,
               amor contrariado.                                                mejillas el rasero de las lágrimas. Si alguna vez estuvi te
                                                                                         b  les  la 1:uente de tu dolor era solo Rosalia.
               Fray Lorenzo: ¡Haces bien, hijo mío! ¿Pero d ó nde estuviste,    en tus ca  a  ,   11
                                                                                ·Cómo has cambiado tanto? ¿Y acusáis de inconstantes
               entonces?                                                        �  las mujeres? ¿Cómo les pedís firmeza si dáis el ejemplo
               Romeo: Os lo diré sin rodeos. En la fiesta de nuestros ene­      contrario?
               migos, los Capuleto, donde fui herido y a la vez herí. Sólo      Romeo: Siempre me aconsejásteis que  no debía amar a
               vuestra ayuda y vuestra ciencia podrán salvar ahora a cada
               contendiente. Ya no  odio  a mi adversario, padre, y por el      Rosalía.
               contrario, ruego por él.                                         Fray Lorenzo: Amarla sí, pero idolatrada no.

               Fray Lorenzo: Habla más claro, hijo,  y no me ocultes la          Romeo: y me ordenaste que sepultara ese amor.
               verdad. Si enredas tus palabras, mis consejos serán enredados.    Fray Lorenzo: Pero no para que de la misma tumba sacaras

               Romeo:  Os lo diré,  pues,  en  dos palabras:  estoy  ena­        uno nuevo.
               morado de la bella hija del poderoso Capuleto. Ella me            Romeo: No os enojéis más, os lo ruego. La mujer a quien
               corresponde  con igual amor.  Ya todo está arreglado y            amo me ama tanto como yo a ella; esto ocurría con la otra.
               sólo falta que vos bendigáis esta sanca unión. Mientras           Fray Lorenzo: Quizá adivinaba la liviandad de tu amor.
                                                                                                                               ,
               nos encaminamos hacia ello os explicaré dónde, cuándo             Vamos, inconstante joven, sígueme. Yo te ayudare a conse­
               y cómo nos conocimos, y cómo nos confesamos nuestro               guir lo que deseas, con la esperanza de que e boda logre
                                                                                                                            ��
               amor y nos juramos fidelidad eterna. Pero lo que ahora            cambiar en amistad el odio de vuestras familias.
               importa es que consintáis en casarnos hoy mismo.                   Romeo: ¡Vamos, pues! ¡lo más rápido posible!
               Fray Lorenzo: ¡Por la vida de mi padre San Francisco!              Fray Lorenzo:  Con calma y prudencia. Quienes corren
               ¿Qué es esto? ¡Tan pronto has olvidado a Rosalía, a la             arriesgan caerse.
               que  tanto amabas? El amor de los jóvenes no nace de
               su corazón sino que de sus ojos. ¡Cuánto lloraste, Dios            (Salen).
               mío, por Rosalía!  ¡Cuántas lágrimas vertidas en vano
               por un amor ya desaparecido como el eco! ¡Pero si aún
               el sol no disipa los vapores de tu llanto, y en mis viejos



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