Page 56 - Historia de una gaviota y del gato que le enseño a volar - 6° - Septiembre
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gaviota les comunicara sus deseos de volar, porque una ancestral
                  sabiduría   les   hacía   comprender   que   volar   es   una   decisión   muy
                  personal.   Y   el   más   feliz   de   todos   era   Sabelotodo,   que   ya   había
                  encontrado los fundamentos del vuelo en el tomo doce, letra «L» de
                  la enciclopedia, y por eso se encargaría de dirigir las operaciones.

































































                       —¡Lista para el despegue! —indicó Sabelotodo.
                       —¡Lista para el despegue! —anunció Afortunada.
                       —Empiece el carreteo por la pista empujando para atrás el suelo
                  con los puntos de apoyo a y b —ordenó Sabelotodo.
                       Afortunada empezó a avanzar, pero lentamente, como si patinara
                  sobre ruedas mal engrasadas.
                       —¡Más velocidad! —exigió Sabelotodo.



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