Page 52 - Historia de una gaviota y del gato que le enseño a volar - 6° - Septiembre
P. 52

Haciendo pucheros, Afortunada le refirió todo lo que Matías le
                  había chillado. Zorbas le lamió las lágrimas y de pronto se oyó a sí
                  mismo maullando como nunca antes lo había hecho:
                       —Eres una gaviota. En eso el chimpancé tiene razón, pero sólo en
                  eso. Todos te queremos, Afortunada. Y te queremos porque eres una
                  gaviota, una hermosa gaviota. No te hemos contradicho al escucharte
                  graznar que eres un gato porque nos halaga que quieras ser como
                  nosotros,  pero   eres   diferente   y   nos  gusta   que   seas   diferente.   No
                  pudimos ayudar a tu madre pero a ti sí. Te hemos protegido desde
                  que saliste del cascarón. Te hemos entregado todo nuestro cariño sin
                  pensar jamás en hacer de ti un gato. Te queremos gaviota. Sentimos
                  que también nos quieres, que somos tus amigos, tu familia,  y es
                  bueno   que   sepas   que   contigo   aprendimos   algo   que   nos   llena   de
                  orgullo: aprendimos a apreciar, respetar y querer a un ser diferente.
                  Es muy fácil aceptar y querer a los que son iguales a nosotros, pero
                  hacerlo   con   alguien   diferente   es   muy   difícil   y   tú   nos   ayudaste   a
                  conseguirlo. Eres una gaviota y debes seguir tu destino de gaviota.
                  Debes volar. Cuando lo consigas, Afortunada, te aseguro que serás
                  feliz, y entonces tus sentimientos hacia nosotros y los nuestros hacia



                                                           56
   47   48   49   50   51   52   53   54   55   56   57