Page 59 - Alicia en el país de las maravillas
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Alicia cogió al nene con alguna dificultad, porque era una
 .
 Al decir estas palabras, empezó a acunar de nuevo al ne-  criatura de una forma más bien extraña y que agitaba los bra­
 .
 ne, cantándole una especie de canción de cuna y dándole una  zos y las piernas en todas direcciones "igual que una estrella
 violenta sacudida al final de cada verso:   de mar", pensó Alicia. La pobre criatura resollaba como una
          máquina a vapor cuando la tornó, y se encogía y estiraba al
 Hay que reñir al pequeño   mismo tiempo, así es que en los primeros instantes casi resul­
 cuando comienza a llorar   taba imposible sostenerla.
 en vez de coger el sueño,   Tan pronto como había encontrado la forma apropiada
 pues lo hace por molestar.   para acunar al nene ( que era doblándolo corno en una espe­
          cie de nudo, manteniendo el pie izquierdo muy pegado a la
 iAy, ay, ay!   oreja derecha para evitar que:; se siguiera cóntorsionando ), lo
          sacó a pasear al aire fresco.
 (Este coro era en compañía del nene y de la cocinera).   "Si yo no me llevo esta criatura conmigo  -pensó Ali­
 Mientras la duquesa cantaba el segundo verso de la can­  cia-, la van a matar dentro de uno  o dos días.  lNo sería un
 ción, continuaba agitando al nene violentamente de arriba   crimen dejarla?"
 abajo, y la pobre criatura chillaba tanto, que Alicia casi no   Estas últimas palabras las dijo en voz alta, y el nene, en·
 podía oír lo que la mujer decía:   respuesta, lanzó un gruñido (ya había dejado de estornudar).
             -No gruñas -dijo Alicia-; esa no es manera de expre­
 Cuando estornuda el chiquillo   sarse.
 le doy una buena tienta,   El nene gruñó de nuevo y la muchacha lo miró ansiosa­
 pues ya le gusta al muy pillo   mente a la cara para adivinar cuál era el motivo de su enojo.
 abusar de la pimienta.   No había duda de que la criatura tenía la nariz muy respingo­
          na, mucho más parecida a un hocico·que a una nariz normal;
 iAy, ay, ay!   además, sus ojos eran exageradamente pequeños para un ne­
          ne y con una mirada que a Alicia no le gustaba en absoluto.
 -Venga usted a acunar al niño un momento, si quiere  "Tal vez sea porque está llorando", pensó la muchacha,
 -dijo la duquesa, dirigiéndose a Alicia y tirándole al nene  y miró al niño para descubrir si en sus ojos había huellas de
 por el aire-. Yo debo ir a arreglarme para jugar croquet con  lágrimas.  Le dijo entonces a la criatura con tono muy serio:
 la reina.    -No, no hay lágrim�s ... Si piensas convertirte en un cer­
 Con estas palabras salió corriendo de la habitación. La   do, quiere decir que terminará nuestra amistad. iCuidado!
 cocinera le disparó una sartén a la espalda, pero no alcanzó   El pobre chico lloró de nuevo ( o chilló; en realidad, re-
 a pegarle.

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