Page 64 - Alicia en el país de las maravillas
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                           Una reunión de locos                                    -Claro que no hay -contestó la liebre.
                                                                                   -Entonces no considero que haya sido usted muy bien
                                                                                educada al ofrecerlo -declaró Alicia enojada.
                                                                                   -Tampoco es muy buena educación la tuya al sentarte
                                                                                sin que nadie te convide -observó la liebre.
                                                                                   -No sabía que esta mesa era suya. Me parece bastante
                                                                                más grande que para tres personas únicamente:
                                                                                   -Necesitas cortarte el pelo -declaró el sombrerero.
                                                                                   Había estado mirando a Alicia durante un rato con mu­
                                                                                cha curiosidad, pero ésas eran las primeras palabras que pro­
                                                                                nunciaba.
                                                                                   -Debiera usted aprender que no se hacen observacio­
            Frente a la casa había una mesa instalada debajo de un árbol.       nes personales -le reprochó Alicia con cierta severidad -.
            Allí tomaban té la liebre de marzo y el sombrerero. Junto a         iEso es una grosería!
             ellos estaba sentado un lirón que dormía profundamente. Los           El sombrerero abrió mucho los ojos al oír estas palabras,
            otros dos comensales se afirmaban en él como si fuera un al­        pero todo lo que dijo fue:
            mohadón. Conversaban encima de su cabeza:                              -l.Por qué se parecen tanto los cuervos a las mesas de
                "iQué incómodo para el pobre lirón -pensó Alicia-.              escritorio?
            Aunque parece que está tan dormido que no debe importar­               "iVeo que empezamos a divertirnos! -pensó Alicia-.
            le."                                                                Me alegro de que se hayan dedicado a jugar a las charadas."
                La mesa era muy larga, pero sus tres ocupantes se habían        Y dijo en voz alta:
            instalado en un solo rincón:                                           -Cíeo que puedo adivinar eso ...
                -iNo hay sitio! iNo hay sitio! -gritaron cuando vieron             -lPretendes decir que sabes una solución para la pre-
            venir a Alicia.                                                     gunta? -interrogó la liebre de marzo.
                                                                                   -iYa lo creo! Al menos ... digo ... , creo decir, lo que es lo
                -iHay bastante sitio! -contestó la muchacha indigna­            mismo que decir ... , lme comprende?
            da, sentándose en un gran sillón que había en el otro extre­           -No, no comprendo una palabra. l.Pretendes hacerme
            mo de la mesa.                                                      creer que decir "yo veo lo que como" es igual que decir "yo
                -Toma un poco de vino -le propuso la liebre con tono            como lo que veo"? -preguntó el sombrerero.
            cordial.                                                               -lY puedes decir que "me gusta lo que tengo" es igual
                Alicia miró toda la mesa sin ver otra cosa que té.              que decir "tengo lo que me gusta"? -continuó la liebre.


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