Page 57 - Alicia en el país de las maravillas
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pletamente llena de humo. La duquesa se encontraba senta­  A Alicia no le agradó mucho el tono de esta observación
 da en un piso de tres patas en medio de la habitación y acu­  y pensó que sería bueno buscar otro tema de conversación.
 naba a un nene. La cocinera se inclinaba sobre el fuego,   Mientras trataba de encontrar uno, la cocipera quitó la olla
 revolviendo con su cucharón un enorme caldero que parecía   de sopa del fuego y empezó a disparar contra la duquesa y el
 estar lleno de sopa.   nene todas las cosas que encontró al alcance de su mano: pla­
 -iEstoy casi segura de que esa sopa tiene demasiada pi-  tos, sartenes, fuentes ... La duquesa no hacía ningún caso a es­
 mienta! -dijo Alicia sin poder contener un estornudo.   to, a pesar de que la golpeaban, y el nene estaba chillando tan
 Ciertamente que también había mucha en el aire, porque   fuerte desde antes, que no era posible saber si acaso los gol­
 hasta la duquesa estornudaba de cuando en cuando: y, res­  pes le dolían o no.
 pecto al nene, éste estornudaba y chillaba alternativamente   -iFíjese usted, por favor, en lo que está haciendo! -
 sin descanso. Las únicas dos criaturas en la cocina que pa­  gritó Alicia, saltando de un lado a otro y agonizando de te­
 recían no estornudar eran la cocinera y un inmenso gato que   rror-. iMire usted que le arranca su preciosa nariz! -gritó
 estaba sentado junto al fuego y que sonreía de oreja a oreja.   al ver que una sartén le pasaba cerca y casi la volaba.
 -¿ Tendría usted la bondad de decirme por qué su gato  -Si la gente se preocupara sólo de las cosas que le inte­
 ríe en esa forma? -preguntó Alicia tímidamente, porque no   resan -dijo la duquesa con,un gruñido-, el mundo mar­
 estaba muy segura de si era buena educación hablar primero.   charía mucho más de prisa.
 -Porque es un gato de Cheshire... -respondió la du­  -Loque nosería una ventaja -contestóAliciamuycon­
 quesa, y luego agregó-: iCerdo!   tenta de que se le presentase una oportunidad para demos­
 Esta última palabra la pronunció con tal violencia, que   trar sus pequeños conocimientos-. iCalcule usted el trabajo
 Alicia casi dio un salto; pero, al cabo de unos instantes, vio   que le costaría día y noche! Como usted sabe, la tierra se de­
 que el nombre estaba dirigido al nene y no a ella, así es que   mora veinticuatro horas para dar la vuelta completa en tor­
 se armó de valor y habló de nuevo:   no a su eje ...
 -Yo no sabía que los gatos de Cheshire se reían siem­  -iHablando de ·ejes!  -gritó la duquesa -. iArránquele
 pre. La verdad es que yo ignoraba que hubiese alguna clase   al cabeza!
 de gatos que fuera capaz de reírse.   Alicia miró a la cocinera con ansiedad para ver si ella obe­
 -Todos pueden. -contestó la duquesa -. Y la mayoría  decía a la indicación; pero la mujer estaba muy ocupada re­
 lo hacen ...   volviendo la sopa y parecía no oír. Así es que la muchacha
 -No conozco a ninguno que lo haga -repuso Alicia  continuó diciendo:
 gentilmente, sintiéndose muy contenta de haber podido en­  -Tarda veinticuatro horas, creo. ¿o acaso son doce?
 tablar una conversación.   Yo ...
 -Lo que pasa es que usted no sabe mucho ... -declaró  -iOh, no me moleste!  -,-exclamó la duquesa-.. Nunca
 la duquesa.   he podido entender en números.

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