Page 55 - El vampiro vegetariano
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Dicho esto, Camila cogió en brazos a Lucía y la
                     llevó a su balcón. Mientras la pasaba por encima de
                     la barandilla, le dio un beso en la frente y le dijo:
                       —Me  has  salvado  la  vida.  Nunca lo  olvidaré.
                     Buenas noches, y dulces sueños.
                       Pero la niña no logró dormir en toda la noche.
                     Estaba  demasiado  excitada  con  lo  sucedido,
                     aunque, curiosamente, no tenía miedo. Ni siquiera
                     volvió a cerrar la puerta del balcón. Camila parecía
                     tan segura, tan dueña de la situación...
                       ¿Qué  haría  con  Lucarda?,  se preguntó  Lucía.
                     ¿Clavarle  una  estaca  en  el  corazón  y  cortarle  la
                     cabeza? No podía imaginarse a la hermosa y dulce
                     Camila  haciendo  algo  tan  horrible;  pero, por  otra
                     parte,  parecía  saber  que  era  un  vampiro, pues
                     había dicho que la policía no podía hacer nada en
                     aquel caso. Y había añadido que ella sí sabía lo que
                     había que hacer...
                       Varias veces estuvo a punto de levantarse de
                     l.i  cama para pegar la oreja a la pared y estuchar
                     los ruidos de la habitación de su vecina, pero no se
                     atrevió a hacerlo. Tenía miedo
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