Page 59 - El vampiro vegetariano
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7        —  Tenemos  que  hablar  -dijo  ella  escueta-  [


     mente-. Vamos al parque.

          Había  un  pequeño  parque  cerca,  que  la  niña
          cruzaba iodos los días al ir y venir del colegio, y

          hacia allí se dirigieron.
     ■      —Voy a llegar tarde  -comentó Tomás, aunque
     sin excesiva preocupación-. Y tú más.
 ESPIERTA, dormilona, que vas a llegar   —-Vamos a hacer novillos.

 tarde al colé!    -—{No me lo puedo creer! -exclamó el  niño-. ¡La
 Lucía  no  llevaba  ni  un  par  de  horas  dormida   superempollona haciendo novillos!  —Es una

 cuando sp madre, sacudiéndola suave- menté, la   emergencia -se justificó Lucía.
 despertó.   Al poco rato llegaron al parque. Se sentaron en

 El  Cansancio  y  las  emociones  de  la  noche   un  banco,  cerca  de  un  estanque  con  patos,  y
 anterior  la  habían  dejado  agotada,  y  tuvo  que   Tomás preguntó:

 hacer  un  esfuerzo  sobrehumano  para  levantarse   |¡' —¿Tiene que ver con... quien tú ya sabes?
 de la cama. Se lavó y desayunó a toda prisa, pero   —Sí -contestó la niña muy seria-. Tenías I razón:
 al llegar a la portería decidió esperar a Tomás. Lo   el señor Lucarda es un vampiro.

 que había ocurrido era demasiado importante, y   —¿Cómo  estás  tan  segura?  ¿No  te  habrá

 tenía que contárselo enseguida.   atacado? Ahora que me fijo, estás muy pálida...
 Tomás no iba al mismo colegio que ella, y entraba   Lucía  le  contó  su  extraordinaria  aventura  B:
 un poco más tarde, por lo que no solían coincidir   nocturna,  y  luego  le  enseñó  la  carta  de  Camila.

 por las mañanas. Cuando el niño bajó, se sorprendió   Cuando  terminó  de  leerla,  Tomás  estaba  tem-
 al ver a su amiga esmerándolo.   blando.

 —¡Lucía! ¿Qué haces tú aquí a estas horas?   —¿Qué  hacemos  ahora?  -preguntó  con  expres
     ion de terror.


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