Page 50 - El vampiro vegetariano
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—Muy graciosa... Sería vampiro y hombre lobo
a la vez. Las noches de luna llena, primero
chuparía la sangre, y luego se comería a sus
víctimas.
—Los hombres lobo no se comen a la gente -
replicó Lucía-, solo muerden.
—Menos mal. No me extrañaría que el señor
Lucarda fuera las dos cosas. Y no me gustaría
LUCÍA no era muy miedosa, pero aquella noche
terminar en su tripa.
cerró la puerta acristalada de su balcón antes de
acostarse. No creía que el señor Lucarda fuera un
vampiro (en realidad, ni siquiera creía en la
existencia de los vampiros); pero podía ser un lo co
peligroso, y no era difícil trepar desde la pla nta
baja hasta el balcón.
Estaba a punto de dormirse cuando le pareció
oír un gemido ahogado procedente de la
habitación de Camila. Se levantó corriendo y pegó
la oreja a la pared que separaba su dormitorio del
de su vecina. Y entonces oyó un ruido sordo e
inquietante, como de lucha.
Sin pensárselo dos veces, salió al balcón, dis-
puesta a gritar, pero no pudo, como cuando en l as
pesadillas quería llamar a su madre y no le salía la
voz.
í Los balcones estaban casi pegados. Era fácil
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