Page 50 - Papelucho - 3° - Julio
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Mayo 4
Cuando entré al colegio, me vinieron a saludar todos los chiquillos y yo creo
que debe haber parecido un choque de autos, porque eran tantos y sobre todo los
más chicos me miraban y me tocaban y uno de Primera soltó el grito.
Pero, al poco rato, me echaron al olvido y me cotizaron harto poco, porque
no sirvo para la pelota ni soy ya campeón de salto, porque ahora es Urquieta, que
salta hasta dormido.
Yo traía un paquete con los frascos de tónico y entre medio venía el frasco
con mi ratoncito y, cuando estábamos acostados, lo saqué para darle de comer y
entonces todos me volvieron a cotizar y tengo que prestárselo a uno por uno,
porque si no, llevan el cuento. Jugamos con él corriendo por el dormitorio y
después hicimos como goles, echándolo de un lado a otro. Y resultó estupendo,
porque si nos sintieron. Hasta la risa era en secreto. Y yo aprendí a correr en una
pata.
Después lo metimos al frasco y lo tapamos con el mismo trapo para que
tenga aire y pueda respirar. Y lo guardé en la mesa de noche. Y mañana vamos a
levantarnos a las seis de la mañana, para alcanzar a jugar lo mismo y en la noche
también.
Mayo 5
El muy chancho de Urquieta me hizo una cochinada, y en cuanto me
saquen el yeso voy a ser campeón de salto, aunque sea para que me la pague.
Me robó el ratoncito, se lo echó al bolsillo y lo bajó al comedor y lo soltó a la
hora del almuerzo.
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