Page 55 - Papelucho - 3° - Julio
P. 55

caigan. Ya los tiro tan alto que topan el techo. Pero lo bueno es hacerlo
                  con los de loza, así es que le escribí a mi mamá pidiéndole que mañana

                  me trajera tres.
                                                                                               Mayo 12
                        Urquieta también quiere entrar al circo nuestro, y después de todo,
                  cuando no está rabiando, es bien divertido y bien payaso, así es que lo aceptamos

                  de Tony. Ahora estamos bien amigos y él me persigue bastante, pero, de todas
                  maneras, yo le escondo mi diario por si le da tentación de volvérmelo a robar.
                  Y lo tengo escondido en el cuarto de  baño, en una puertecita que da a las

                  cañerías. Ahí aprovecho para escribir, pero tiene que ser muy corto y muy
                  apurado, no como antes.
                        Mi mamá me trajo los platos ayer, pero cuando estaba ensayando se me
                  quebraron los tres. No importa, porque quiere decir que tengo que ensayar más
                  con los del colegio.

                                                                                               Mayo 13
                        Ayer estábamos con Gómez en la cocina, ensayando las pruebas,
                  cuando vimos una cara que se asomó por la ventana. Era un hombre como

                  Batman y nos pidió limosna. Entonces le dimos lo que encontramos y él nos pidió
                  permiso para dormir bajo techo, porque duerme a plena noche y ahora son muy
                  heladas. A Gómez y a mí nos dio lástima y le abrimos la bodega para que entrara
                  a dormir y el pobre se acomodó en unos sacos y se durmió ipso flatus.
                        Al poco rato, tocaron el timbre y era la policía. Venían en busca de

                  un criminal, que se llama "El Soquete" y que había muerto a dos o a
                  doce personas. Claro que el Mocho  de la puerta les dijo que ahí no
                  estaba, pero ellos insistieron e insistieron en que lo habían visto entrar
                  aquí, hasta que se colaron para adentro y registraron casi todo el

                  colegio. Gómez y yo hacíamos promesa para que no entraran a la
                  bodega, porque nos daba lástima el criminal arrepentido y tan feo y con
                  tanta hambre. Por suerte, no entraron y se fueron felices. Pero los dos
                  con Gómez no sabemos qué hacer de pensar que tenemos un verdadero

                  criminal aquí encerrado y aunque le echamos llave a la bodega, de todas
                  maneras, cuando entre el Mocho cocinero a buscar papas mañana, a lo
                  mejor lo mata. Así es que vamos a avisarle para que entre armado.
                                                                                               Mayo 14

                        Esta mañana tempranito fuimos a ver al Mocho cocinero y le dijimos: —¿Qué
                  haría usted si se encontrara con el criminal, el Soquete?



                                                                                                        55
   50   51   52   53   54   55   56   57   58   59   60